recargada Juliana mostró sus debilidades, lamentó la partida de sus dos aliadas y fue lapidaria con varios de sus compañeros.
Furia mostró por primera vez sus debilidades dentro de la casa de Gran Hermano y rompió en llanto por las partidas de Catalina y Carla, dos de sus grandes aliadas en el juego.
La polémica participante lloró a mares en la habitación, donde fue consolada por Florencia, y luego fue derechito a hablar al confesionario.
"Encima me tengo que quedar con estos forros hijos de puta", lamentó Juliana entre lágrimas. "Creo que lloro de bronca, no de tristeza", aclaró la jugadora.
Furia lamentó que "habrá tranquilidad" luego de la salida de Catalina, volvió a dejar en claro que no confía en Agostina, y tal como ya le comunicó a Zoe, intentará formar un nuevo grupo en la casa para tratar de sobrevivir y porque no quiere tejer alianzas con compañeros que no soporta.
"Estaba saliendo todo perfecto y se bajaron en un momento que no. Se volvieron locas de repente y se fueron. Ellas representaban algo como más hermanístico por así decirlo y me da bronca porque me agarra un ataque de llanto y tengo que verla a Sabrina, que no me la banco porque es una conchuda de mierda. Me quedé con toda gente que no quiero", largó Juliana en el confesionario.
"Para mí se tendría que haber ido Agostina, no Cata, porque fue un quilombo que armó ella", sentenció Furia en el confesionario.
A pesar de la distancia que surgió entre ellas, Juliana luego habló con la expolicía sobre el armado de un grupo más grande y de las salidas de Cata y Chula. "Tendría que haber juntado a las tres y cagarlas a pedos", comentó la doble de riesgo.