El vecino de Temperley que reivindica la cultura del trabajo 

Actitud y compromiso Pablo Mazzoletti tiene 64 años. Hace tareas de jardinería y albañilería por todo Lomas, Lanús y Adrogué. "Lo que falta no es trabajo, es responsabilidad", dijo.

Es jardinero y siempre trabajó de forma independiente, pero nunca le faltó su rutina laboral.

Las ganas de trabajar siempre están presentes en la vida de Pablo Mazzoletti, un vecino de Temperley que se levanta todos los días a las 4 de la madrugada para organizar su rutina laboral. Nada lo limita: hace más de un año le robaron su celular, pero eso no lo mantuvo quieto ya que recibe los mensajes de sus clientes en el teléfono de su hija Belén que se lo presta para que pueda seguir con su labor.

Su situación económica no le permite comprar un nuevo celular, pero eso no fue una excusa para dejar de trabajar porque nunca se convirtió en un problema para él, ni tampoco pidió uno nuevo. "No me quedo sentado, siempre trabajé, no hay falta de trabajo, lo que falta es responsabilidad", aseguró el vecino mientras cortaba una planta enredadera en una vivienda de la zona, porque Pablo es jardinero, pero hace todo tipo de trabajos en los barrios de Temperley, Banfield, Lanús, Adrogué y todo Lomas.

"Estudié jardinería, pero también me dedico a las tareas generales: puedo podar, cortar y también me dedico a la albañilería", destacó Pablo que no sabe lo que es estar sin trabajar porque siempre se la rebuscó por sus propios medios para salir adelante.

No me quedo sentado, siempre trabajé, no hay falta de trabajo, lo que falta es responsabilidad.

Según relató, su mayor tesoro es tener una historia de responsabilidad laboral que es lo que lo ayuda a que lo vuelvan a llamar o que lo recomienden.

Pablo tiene estudios secundarios, se recibió de perito mercantil y luego quiso estudiar jardinería para dedicarse de lleno, pero también tuvo muchos otros trabajos, según relató: "Empecé como lustrabotas cuando tenía apenas 6 años, después fui vendedor de diarios y hasta estuve en la gastronomía lavando copas".

Pasó por varios rubros, pero la mayor parte de su vida trabajó por sus propios medios sin relación de dependencia. Él maneja sus tiempos, pero tiene la responsabilidad de cumplir un horario determinado.

Pablo tiene estudios secundarios, se recibió de perito mercantil y luego quiso estudiar jardinería para dedicarse de lleno, pero también tuvo muchos otros trabajo.

"Es cuestión de voluntad. Me levanto a las 4 de la mañana y me pongo a organizar las tareas del día porque hago todo solo y por suerte la gente siempre responde y respetan mi trabajo porque hacer clientes se logra con educación y mucha responsabilidad", señaló.

Pablo tiene 3 hijos y 10 nietos, está separado hace muchos años, pero contó que tiene una muy buena relación con la mamá de sus hijos.

"A mis hijos nunca le faltó el pan en la mesa y estoy orgulloso de eso ya que lo que trato de transmitir es que con voluntad y sacrificio todo se puede conseguir porque depende de uno, no hay que esperar nada de nadie", manifestó convencido de que hay que crear conciencia sobre la importancia de la cultura del trabajo y Pablo es un fiel reflejo de eso porque nunca dependió de nadie para obtener su dinero.

La mejor ayuda para Pablo es que lo llamen para trabajar. No pide nada a nadie y por el momento se sigue arreglando con el teléfono de su hija, pero si hay alguna persona que pueda brindar un celular usado en buen estado para él será fundamental, para que pueda recibir él mismo los mensajes de sus clientes.

"Mi hija me avisa si hay algún pedido, por suerte ella me ayuda mucho", detalló. Si alguien requiere los servicios de Pablo hay que mandar un mensaje de WhatsApp al 1125240165

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