A LOS 88 AÑOS Carmen Ledda Barreiro falleció sin poder encontrar a su nieto o nieta, a quien buscó durante 46 años. Su hija embarazada había sido secuestrada en 1976.
A los 88 años, murió Carmen Ledda Barreiro, presidenta de la filial Mar del Plata de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Falleció sin poder encontrar a su hija -quien estuvo detenida en el Pozo de Banfield- ni a su nieto.
Ledda atravesaba problemas de salud y estaba internada en un hospital de Mar del Plata. Este viernes a las 7 de la mañana, su corazón dejó de latir. Atrás quedó un inmenso legado de una lucha incansable por la memoria, la verdad y la justicia.
"Impotencia y sensación de injusticia es lo que nos causa esta despedida, como la de cada abuela que se va de este mundo sin poder encontrar a su nieto o nieta. Pero a la vez, tenemos la responsabilidad de continuar su lucha", expresaron desde Abuelas de Plaza de Mayo.
Barreiro fue esposa de Alberto Muñoz, con quien tuvo tres hijos: Silvia, Alberto y Fabián. El 22 de diciembre de 1976 en La Plata, Silvia fue secuestrada por las fuerzas militares. Tenía 21 años y estaba embarazada de dos meses. Al día siguiente ocurrió lo mismo con su pareja, Gastón Larrieu.
Según se pudo reconstruir, la hija de Ledda estuvo detenida en la Brigada de Investigaciones de La Plata y en varios centros clandestinos de detención. Pasó por el Pozo de Banfield, el Pozo de Arana, la Comisaría 5ª y posiblemente por La Cacha.
Se cree que su hijo o su hija (a quien quería llamar Ramiro o Mariana) debió nacer en julio o agosto de 1977 en cautiverio, probablemente en la maternidad clandestina que funcionaba en el Pozo de Banfield. Hasta el día de hoy, tanto la pareja como el o la bebé siguen desaparecidos.
La familia atravesó otro duro momento cuando Ledda fue detenida junto a su marido y alojada en el centro clandestino marplatense conocido como "La Cueva". Allí los torturaron durante tres meses a ellos y también a su hijo Fabián, que en ese momento tenía apenas 9 años.
Ledda ingresó a Abuelas de Plaza de Mayo poco después de su liberación. Desde entonces "se convirtió en una referente indiscutida de Abuelas y del movimiento de derechos humanos en Mar del Plata", destacaron desde la organización. La describieron como una "mujer de convicciones firmes, aguerrida, cocinera habilidosa, lectora voraz y amante del color rojo".
Desde Abuelas lamentaron que Ledda "esperó hasta su último aliento el abrazo tan soñado con su nieta o nieto", por lo que ahora se comprometieron a continuar con su lucha. "Seguiremos buscando a su nieto o nieta, junto con Fabián y toda su familia, a quienes abrazamos fuerte en esta hora de tanto pesar", enfatizaron.