FEMICIDIO La víctima fue ingresada sin vida al centro de salud de Ingeniero Budge. La primera versión indicaba que había sido víctima de un violento robo en Lanús.
Un hombre llegó al Hospital Alende de Ingeniero Budge con su pareja muerta de un tiro en la cabeza y denunció que la balearon durante un robo, pero horas después confesó que él la había asesinado tras una discusión.
Todo empezó el domingo por la tarde. Roxana Ferreyra, de 63 años, fue ingresada sin vida al Hospital Materno Infantil Dr. Oscar Alende -ubicado en Azamor y Claudio de Alas- con un balazo en la cabeza. La primera versión indicaba que había sido víctima de un violento robo en Lanús. Eso fue lo que contó su pareja, Ismael Rodríguez, de 67 años.
El hombre, de ocupación changarín, tuvo que ir a declarar a la Comisaría 5° de Lanús para explicar lo sucedido. Contó que la víctima y él habían sido asaltados mientras circulaban en una camioneta Ford F-100 en el cruce de Pasaje Gaita y Pellegrini, en Villa Diamante. Según su relato, uno de los delincuentes forcejeó con la mujer y le disparó en la cabeza, provocándole la muerte.
Lo que parecía ser un homicidio en ocasión de robo dio un giro inesperado cuando el hombre se quebró espontáneamente en la comisaría. Todo lo que acababa de relatar era mentira: a la señora la había matado él mismo. "Quiero contarles la verdad. Estábamos discutiendo con Roxana y le pegué un tiro en la cabeza y tiré el arma", fue la frase que dijo ante un testigo y la Policía.
El personal policial detuvo a Ismael de inmediato. El caso quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción N°8 de Lanús, que lo imputó por "homicidio calificado por el vínculo y por ser cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género (femicidio)".
Por estas horas, se aguardan los resultados de la autopsia al cuerpo de Roxana. No obstante, los médicos que la asistieron en el hospital de Budge detallaron que la mujer presentaba un único disparo que entró por la región occipital izquierda del cráneo y que salió por el pómulo derecho, lo cual coincide con lo que había confesado Ismael en la comisaría.
El hombre se negó a declarar ante la fiscal del caso, pero su primera confesión quedó asentada en la causa, con la declaración testimonial de los policías y el testigo que presenciaron la declaración.