CRUZADA SOLIDARIA Por tercer año consecutivo, la narradora de cuentos lomense Graciela Joaquín viajará al norte del país para llevar material de lectura a escuelas y bibliotecas.
La narradora de cuentos lomense Graciela "Juje" Joaquín, también conocida como la "Hormiguita Viajera", irá por tercer año consecutivo a Jujuy para entregar libros de cuento y de lectura. El viaje lo realizará en la última semana de noviembre en una aventura solidaria personal, donde repartirá más de 30 cajas de material didáctico y educativo a escuelas y bibliotecas.
"Mi intención con esta obra de servicio es ir a lugares no tan conocidos, como La Ciénega o el departamento de Santa Catalina, que son lugares pequeños donde quizás no hay acceso a comprar libros. De todas maneras, también aportaremos nuestro granito de arena en La Quiaca", señaló Graciela acerca de los destinos donde llegará la ayuda.
Mi intención con esta obra de servicio es ir a lugares no tan conocidos, como La Ciénega o el departamento de Santa Catalina, que son lugares pequeños donde quizás no hay acceso a comprar libros. De todas maneras, también aportaremos nuestro granito de arena en La Quiaca.
A lo largo del año, Juje (como la conocen por ser oriunda de Jujuy) se encargó de llevar adelante una colecta de libros, donde familiares, amigos, colegas y hasta colegios se unieron para ser parte de la movida solidaria que tendrá su broche de oro en algunos días cuando se concrete el viaje al norte del país. Allí también entregará indumentaria que recibió por parte de distintas donaciones.
Es importante recordar que, en los dos años anteriores que Juje realizó esta labor solidaria, pudieron fundar una biblioteca. "Mi lema es que los libros lleguen a todas partes y trabajo para que eso se concrete: quiero que las bibliotecas no sean consideradas como espacios para adultos, sagrados o solemnes, sino que tengan vida", indicó. Una vez en Jujuy, Graciela se encargará de narrar y compartir rondas de cuentos con los chicos que viven en las distintas comunidades "con realidades totalmente distintas a las que se ven en Buenos Aires".
Mi lema es que los libros lleguen a todas partes y trabajo para que eso se concrete: quiero que las bibliotecas no sean consideradas como espacios para adultos, sagrados o solemnes, sino que tengan vida.
"Yo viví 13 años en La Quiaca y no tenía acceso a una librería porque no existía, solamente había una biblioteca con libros no tan actualizados. Me emociona mucho y me gusta hacer esta actividad porque saben que alguien piensa en ellos", finalizó.