Fortaleza Verónica Pantano es la instructora de Zumba local que relata cómo está pasando la etapa de la quimio: "Hay que seguir adelante".
La buena energía que transmite la instructora de Zumba Verónica Pantano (44) parece no tener límites porque a pesar de estar transitando un tratamiento largo de quimioterapia, ella aseguró a La Unión que "hay que seguir adelante porque la actitud positiva lo es todo en estos casos".
Esa misma energía positiva que ponía en cada clase de Zumba que brindaba a sus alumnas de Temperley y Calzada ahora está puesta en cada sesión de quimio a la que debe someterse en el Hospital Gandulfo, donde realiza el tratamiento.
Pantano fue diagnosticada con cáncer de mamas y se hizo reconocida en la zona cuando más de 50 profes organizaron un gran Zumbathon para ayudarla a pagar los gastos de la operación a la que tuvo que someterse de forma particular y para los estudios que se hizo en su momento para llegar al diagnóstico.
"Aunque recién arranco el tratamiento, estoy convencida que para noviembre ya voy a volver a mis rutinas porque por el momento no me dejan salir por el mal tiempo, debo cuidarme mucho", expresó Vero que ya decretó que cada día va a estar mejor.
Si bien Vero es una excelente paciente que sigue al pie de la letra todo lo que le dicen los médicos, también sabe que si desea algo mucho se puede cumplir antes de todos los pronósticos y a eso apunta.
"Nunca me gustó victimizarme y menos ahora. Quiero dejar el mensaje que hay que ponerle actitud a cada etapa y seguir adelante", compartió muy convencida y además contó que ya se cortó el pelo porque le anticiparon que puede comenzar a caerse con cada sesión de quimio que vaya transitando: "Es como un cambio de look".
Durante la primera sesión de quimio dijo que al llegar a su casa sintió mucho cansancio y sueño, luego fue mejorando y luego sintió ganas de vomitar y algunas nauseas, pero admitió: "Lo tomo como esos momentos feos que hay que transitar, pero es un rato y después se pasa. De hecho ayer estuve entrenando".
Nunca me gustó victimizarme y menos ahora. Quiero dejar el mensaje que hay que ponerle actitud a cada etapa y seguir adelante.
"Verines" como la llaman sus amigos, además es profe de funcional y dicta clases por videollamada: "Como no me dejan dar Zumba porque debería salir de casa, continuar con estas clases me ayuda un montón porque es importante para mí seguir en movimiento".
Respecto a sus alumnas de Zumba contó que ellas armaron un grupo y van a seguir con las clases practicando las coreos de Vero: "Se van turnando para hacer las clases y es buenísimo porque de esta manera no dejan de bailar. Igualmente voy a estar mandando videos con coreos nuevas para que vayan practicando".
Durante la primera sesión de quimio dijo que al llegar a su casa sintió mucho cansancio y sueño, luego fue mejorando y luego sintió ganas de vomitar y algunas nauseas, pero admitió: "Lo tomo como esos momentos feos que hay que transitar, pero es un rato y después se pasa. De hecho ayer estuve entrenando".
El tratamiento es de 8 meses a un año, según le anticiparon los médicos, pero ella espera que llegue el buen tiempo para que la dejen salir de su casa: "Yo creo que de a poco voy a poder retomar mis actividades siempre siguiendo el tratamiento. La verdad que lloré muy poco tras recibir el diagnóstico porque enseguida pensé en recuperarme".
Continuará con el tratamiento que es preventivo porque sus estudios pos intervención salieron muy bien, también va a seguir entrenando junto a sus alumnas que la esperan por videollamada y en cuanto pueda volverá a bailar al ritmo de sus clases de Zumba para esas casi 50 alumnas que la están esperando: "Más allá de mis cicatrices que dicen que tuve cáncer. Yo me siento genial".