Los lomenses coparon las calles y formaron una verdadera marea celeste y blanca

EUFORIA Cientos de vecinos celebraron el pase a la final del Mundial en Las Lomitas y en la avenida Hipólito Yrigoyen. Banderas, bombos, bocinazos y lluvia de espuma.

Crédito: Eduardo Alfaro.

Vecinos celebrando en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Sáenz.

Crédito: Eduardo Alfaro.

Vecinos celebrando en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Sáenz.

Los vecinos de Lomas de Zamora festejaron a todo color y con mucha euforia la victoria de Argentina y el pase a la final del Mundial de Qatar. Las Lomitas y la avenida Hipólito Yrigoyen fueron los epicentros de los festejos.

Minutos después del contundente 3-0 ante Croacia, los bocinazos en la calles anticiparon lo que sería un alocado festejo en el centro lomense. Enseguida se empezaron a escuchar los gritos de "¡Vamos, Argentina!" y aparecieron varios grupos de personas con banderas y camisetas de la Selección. El objetivo: encontrar un punto de reunión con los demás vecinos.

El primer lugar elegido fue el cruce de Italia y Bartolomé Mitre, en el corazón del polo gastronómico Las Lomitas. La esquina no tardó en convertirse en un mar de hinchas enloquecidos. Banderas, bombos, cornetas y bocinas ensordecedoras animaron los festejos de niños, jóvenes, adultos y ancianos durante más de una hora. Los vecinos de los edificios cercanos acompañaban desde sus balcones, mientras que los bares y restaurantes desbordaban de clientes. 

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¿El tránsito? A paso de hombre. Cada auto que se animaba a acercarse debía esperar varios minutos para poder pasar por la calle Italia. Los repartidores en moto se dejaban llevar por la alegría y terminaban siendo absorbidos por el festejo. Y en más de una oportunidad, las camionetas se llenaban de hinchas que querían subirse a la "caja" para alentar un rato desde las alturas.

Entre los cientos de simpatizantes estaba Cristina, una mujer que se llevó todas las miradas al festejar a la par de los más jóvenes. "¡Abuela, abuela, abuela!", le cantaban mientras la rodeaban varios adolescentes. La diferencia de edad no se notó en ningún momento. "Estoy muy feliz, para muchos jóvenes es la primera vez. Vine con mi hermana Rosa. Tenemos la cábala de estar juntas en los partidos", le dijo la señora a La Unión.

El otro punto de encuentro fue la esquina de Hipólito Yrigoyen y Sáenz. Por las obras en la Plaza Grigera, los vecinos mudaron el festejo a la avenida, que estuvo cortada desde Boedo hasta Portela.

Gente subida al boulevard, pasando de un lado a otro, rondas de festejos, lluvias de empuma, papelitos y los infaltables bombos, fueron las postales de esta esquina.

A ellos se les sumó Martín, quien estaba vendiendo réplicas de la Copa del Mundo. "Están hechas de yeso y pintadas con sintético. Cuestan $2 mil. Muchos no la quieren tocar por cábala, ja. Estuve vendiendo el fin de semana en Mar del Plata", le comentó a La Unión.

En todos lados sonó el hit del momento: "¡Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial!". Tampoco faltó el clásico "el que no salta es un inglés" y por supuesto, muchos vaticinaron el gran festejo para el próximo domingo: "Que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar".

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