NUEVO RELATO Carlos Coronel, cartero de la zona, se enteró de la historia por los vecinos. Una señora y un hombre vestido de jardinero, los espeluznantes protagonistas.
Cada vez y con mayor frecuencia, más vecinos se suman a los relatos sobre actividad paranormal de Lomas. En esta ocasión, la historia transcurre en una de las calles más emblemáticas de la localidad como lo es Cerrito. Carlos Coronel es el cartero de la zona y, debido a su trabajo, tiene mucho contacto con la gente, quienes le contaron que en una antigua casa se presentaban las figuras de una mujer anciana y un hombre adulto que atemorizaban al barrio ya que habían fallecido hace muchos años.
En Cerrito, más precisamente al 1518 (a metros de la intersección con la calle Nicora), actualmente se puede apreciar una especie de estacionamiento o garaje particular. Allí, antes existía una casa en donde se decía que se podía observar presencias paranormales: "Siempre se veía a una abuela y a un hombre vestido de jardinero, que se dedicaba a hacer tareas en los jardines", comenzó a contar la historia Carlos.
Siempre se veía a una abuela y a un hombre vestido de jardinero, que se dedicaba a hacer tareas en los jardines.
Lo espeluznante del relato es que, según explicó Coronel, las personas que se visualizaban ya habían fallecido hace varias décadas atrás, lo que espantaba aún más a aquellos a quienes se les presentaban estos fantasmas. "Luego, la casa fue demolida", aseguró Coronel, sin dar explicaciones de si esto se llevó a cabo por las presencias fantasmales o por otra cuestión externa al tema.
"No hay una hora determinada para que aparezcan estos entes, pueden verse a cualquier hora del día", agregó el lomense, que se enteró de la historia por boca de los propios vecinos de la zona "hace tres o cuatro años atrás". Parado en la intersección de Cerrito y Nicora, el lomense bromeó con que "quizás aparezcan en este momento", dejando en claro que, pese a que la casa ya no exista más, las presencias fantasmales pueden permanecer en el lugar.
Lo espeluznante del relato es que, según explicó Coronel, las personas que se visualizaban ya habían fallecido hace varias décadas atrás, lo que espantaba aún más a aquellos a quienes se les presentaban estos fantasmas.
"Cuando me contaron, sentí curiosidad por saber bien la historia. Yo soy un hombre que cree en estas cosas, sé que pasan sucesos extraños y estoy convencido que existe un mundo espiritual del cual no tenemos control ni manejamos", cerró el cartero.