DESDE 1997 De cuatro manzanas a un polo gastronómico y comercial. El creador del mote contó cómo surgió el proyecto que también derivó en una revista.
Gustavo Roncallo (60) es mucho más que un simple vecino de Lomas que se dedica a la construcción. Es que, a fines de la década de los '90, se le ocurrió el nombre y el término Las Lomitas para referirse a un radio de cuatro manzanas que se destacaban por su alto impacto comercial y gastronómico, lo que le permitió llevar adelante una revista con publicidad y contenido ciento por ciento lomense. Gustavo contó la historia, lo que significa para él ver el enorme desarrollo que tuvo la localidad con el paso del tiempo y "la piel de gallina" que siente al escuchar ese nombre que hoy es tan famoso.
Los comienzos de Las Lomitas se dieron hace un poco más de 20 años. "Yo tomo como referencia al restaurante La Quintana. En 1997, el señor Daniel Calzón compró la esquina de Colombres e Italia y produjo una explosión gastronómica, lo que fue el puntapié inicial de lo que hoy se conoce en la zona", reveló Gustavo.
En un momento de lucidez dije que esa zona comercial y gastronómica se llamaba Las Lomitas y así lo bauticé porque nació de mi interior. Fue en Urbano, lo que hoy es Tienda de café, enfrente del restaurante, cuando estaba charlando con un vecino con el que teníamos ganas de aprovechar ese crecimiento geográfico.
"En un momento de lucidez dije que esa zona comercial y gastronómica se llamaba Las Lomitas y así lo bauticé porque nació de mi interior. Fue en Urbano, lo que hoy es Tienda de café, enfrente del restaurante, cuando estaba charlando con un vecino con el que teníamos ganas de aprovechar ese crecimiento geográfico", sostuvo el lomense.
Pero a Gustavo no solamente se le ocurrió el nombre. Es que, detrás de ese mote que se hizo tan conocido en la zona céntrica de Lomas hubo un trabajo de mucho tiempo: "En 'Urbano' decidimos crear un mapa con la ubicación de los locales que había y al proyecto le pusimos Las Lomitas. Eso fue el puntapié de la realización de una revista con contenido lomense".
Pero a Gustavo no solamente se le ocurrió el nombre. Es que, detrás de ese mote que se hizo tan conocido en la zona céntrica de Lomas hubo un trabajo de mucho tiempo. Decidieron crear un mapa con la ubicación de los locales que había, lo que fue el puntapié de la realización de una revista con contenido lomense.
El primer boceto que hizo Roncallo sobre Las Lomitas tenía cuatro manzanas de extensión, lo que, según sus propias palabras, "me jugó un poco en contra porque había algunos comercios que querían publicitar, pero no se sentían parte porque no estaban en la zona que yo delimité".
Con el tiempo, esas cuatro manzanas se extendieron demográficamente: actualmente se delimita por las calles Gorriti, Ramón Falcón y las vías del ferrocarril. Allí hay casas particulares, lujosos edificios inmobiliarios, comercios gastronómicos y locales de todo tipo, algo que ni el propio Gustavo imaginaba ver en su sueño más positivo.
"Ahí fue donde avanzamos con la creación de la revista, que tenía notas a artistas lomenses, comentarios de los locales de la zona. Siempre voy a estar agradecido a los comerciantes que apoyaron el nombre y el proyecto, incluso la gente que hoy ya no está más", rememoró.
Es muy fuerte para mí cuando estoy en otro lado del país y escucho ese nombre que inventé, se me pone la piel de gallina porque me cambió la vida.
Dentro de las anécdotas que recuerda con más frescura, Gustavo nombró la noche en la que Esteban Tuero, piloto que tuvo un paso por la Fórmula 1, vino a hacer una prueba de manejo de camionetas a Las Lomitas. "También me agradaba mucho ir con músicos o magos por los locales a repartir la revista mientras ellos hacían su número artístico o las muestras artísticas en la calle", acotó.
"Muchos pensaron que Las Lomitas lo puse por Las Cañitas de Palermo, pero sinceramente no lo conocía. Estoy muy orgulloso del nombre, que es autóctono, y del polo gastronómico que hoy existe en Lomas", resumió quien se dedica a la construcción, y, para cerrar, admitió que "es muy fuerte para mí cuando estoy en otro lado del país y escucho ese nombre que inventé, se me pone la piel de gallina porque me cambió la vida".