EN PRIMERA PERSONA Andrés Filippo, actual presidente de la institución, contó su experiencia al entrar al pozo junto a especialistas que vinieron a examinarlo.
La Biblioteca Juan María Gutiérrez atesora, entre sus paredes, una rica historia. Y no solo en sus 35 mil ejemplares, sino que la casona que alberga a la institución tiene un detalle que la hace más que interesante: en el patio cuenta con un aljibe, una construcción poco común de ver por estos días. Andrés Filippo es el actual presidente de la biblioteca y conoce más que nadie la historia del aljibe, ya que cuando era joven tuvo la posibilidad de ingresar junto a un grupo de especialistas que vinieron a examinarlo. El lomense recordó dicha experiencia y cómo se le vino a la mente el mito urbano que cuenta que una novia se arrojó a ese pozo.
Con 35 mil libros y una hemeroteca, la Biblioteca Juan María Gutiérrez (Avenida Almirante Brown 2163) es una institución con muchísima historia en Lomas. La casona donde funciona la institución data de 1840, la cual quedó en manos de Menéndez Barriola y fue él quien la convirtió en biblioteca en 1938, un espacio que se conserva de gran manera hasta estos días.
El aljibe estaba seco, pero no tan vacío. Para mi sorpresa, que pensé que era un pozo fino y largo, me encontré con una excavación de seis o siete metros de diámetro y a no tanta profundidad.
Pero hay que destacar que una de las atracciones más importantes de la biblioteca se encuentra en el patio: al salir al espacio abierto, se puede observar un aljibe, el cual Andrés Filippo, actual presidente, conoce demasiado bien ya que desde chico siempre estaba en la biblioteca debido a que acompañaba a su madre. Hace varios años y durante la adolescencia de Filippo, fueron a la biblioteca un equipo de espeleólogos, quienes se encargan de estudiar cavidades en el subsuelo, con el objetivo de examinar el aljibe. "A mí me fascinaba la idea de saber qué había ahí abajo. Dos personas de ese equipo especialista entraron al aljibe y luego también me dejaron pasar a mí, para mi sorpresa", empezó a contar Andrés, muy emocionado, como si la grata experiencia hubiese pasado ayer.
Con instrumentos e iluminación, los especialistas comenzaron a tomar una gran cantidad de muestras de materiales y residuos del lugar, con el objetivo de reconstruir la historia y determinar la antigüedad del aljibe.
"El aljibe estaba seco, pero no tan vacío. Para mi sorpresa, que pensé que era un pozo fino y largo, me encontré con una excavación de seis o siete metros de diámetro y a no tanta profundidad", reveló Andrés sobre la aventura que vivió de adolescente. Con instrumentos e iluminación, los especialistas comenzaron a tomar una gran cantidad de muestras de materiales y residuos del lugar, con el objetivo de reconstruir la historia y determinar la antigüedad del aljibe.
Cabe recordar que, sobre ese aljibe, siempre existió un mito urbano que decía que, a principios del siglo XX, una novia despechada de Lomas se arrojó al pozo. De esa historia se acordó Andrés, una vez dentro del lugar: "Con los especialistas encontramos una mantilla blanca, típica de vestido de novia. Les conté la fábula y nos quedamos mirando, entre risas, como agradeciendo de no haber encontrado un cadáver".
Con los especialistas encontramos una mantilla blanca, típica de vestido de novia. Les conté la fábula y nos quedamos mirando, entre risas, como agradeciendo de no haber encontrado un cadáver.
Pudo haber sido una casualidad del destino, pero la experiencia de haber ingresado al aljibe marcó a Andrés para siempre. Con un gran sentido de pertenencia por la institución, este año asumió como presidente y trabaja, en conjunto con sus compañeros, para que la biblioteca (abierta de lunes a viernes de 12 a 18) siga de pie y crezca cada vez más. El sábado pasado y luego de varios meses cerrados por la pandemia, la institución pudo realizar una muestra de arte, lo que fue una gran satisfacción para todos los participantes y los vecinos que asistieron. "La energía por hacer cosas es muy grande, pero somos conscientes de la pandemia y de que tenemos que cuidarnos", concluyó Andrés.