SOLIDARIDAD Pese a la pandemia, la Fundación para la Salud Lomas continuó con su trabajo social durante todo el año. Su presidente Antonio Venezia cuenta sus sensaciones.
A pesar de las complicaciones que trajo aparejada la pandemia del Coronavirus, la Fundación para la Salud Lomas se las ingenió durante todo el año para continuar su trabajo social y solidario, ya sea para ayudar a los hospitales, a las unidades sanitarias del Distrito o conseguir remedios, prótesis o algún insumo para algún chico que lo necesitara.
Antonio Venezia, presidente de la Fundación, habla con la sensación de la tarea cumplida. "Fue un año atípico. Teníamos muchas ilusiones de hacer muchas actividades, pero lamentablemente no las pudimos concretar. De todas formas estuvimos colaborando mucho con lo que es Salud Lomas, con el Gandulfo, con instituciones y con vecinos", confía.
La cantidad de acciones que realizaron fue numerosa. Entregaron televisores para las salas de espera del Hospital Gandulfo y de la UPA de Fiorito. Un marcapasos externo para el Hospital de Llavallol. Un termómetro infrarojo para el Hospital Alende de Fiorito. Máscaras para el Dispensario de Temperley. Material descartable. La lista es interminable.
"La satisfacción es grandísima", resalta Venezia. Sobre todo porque eso también se retribuye en llamados, felicitaciones y gestos de afecto de la gente. Como cuando a Maximiliano Maldonado, un joven de 25 años que había sufrido una fractura expuesta de tibia y peroné, le consiguieron la prótesis para que se pudiera operar antes de lo esperado.
O como cuando a Valentino Sequeira, vecino de 9 años del barrio San José, le acercaron la medicación que necesitaba para para pasar mejor sus días a pesar de la enfermedad poco frecuente que padece, una miopatía mitocondrial.
Antonio asegura que el apoyo de distintas empresas y vecinos de Lomas de Zamora fue "fundamental" para ayudar a muchos chicos en casos especiales. También cuando se estaban preparando los centros de aislamiento de Covid.
"Me acuerdo de un caso muy emblemático, de un negocio histórico que hace muebles de madera (Dadaglio), que sin que yo los convocara me llamaron y me dijeron: 'Vamos a hacer 12 camas para los centros de atención que están armando'. Y las confeccionaron, las donaron y las fuimos a buscar. Fue una acción realmente que salió del corazón de un comerciante, algo realmente para destacar en un contexto como en el que nos tocó vivir", relata Venezia.
Claro que la cuarentena y la pandemia hicieron las cosas mucho más difíciles. "Por ejemplo teníamos previsto hacer la cena aniversario porque en marzo cumplimos un año, y no la pudimos hacer. Teníamos pensado organizar otros eventos (recaudatorios) como siempre, como fue el desfile del año pasado de los vestidos de Evita, y eso fue imposible. Así y todo hemos podido desplegar un mucho apoyo social y eso es muy importante", apunta.
Los aportes que consiguieron no fueron como los de otros años, así y todo hubo socios que siguieron apoyando. "La Cámara de Comercio (de Lomas de Zamora) es una institución que mensualmente colabora cierta cantidad de dinero, también el Colegio de Magistrados y hay varios vecinos que ayudan desinteresadamente", explica.
"Eso nos da un handicap para tener una entrada fija y después lo que vamos articulando entre distintos actores. Con las máscaras protectoras que donamos, por ejemplo, nosotros les dábamos el material a una empresa y la empresa se encargaba de hacerlas. La intención fue seguir sosteniendo nuestra misión a pesar de todo", aseguró.
Para este año, por lo pronto, la Fundación no tiene previsto organizar ninguna actividad grande para despedir el 2020. Pero sus integrantes ya están enfocados en lo que viene. "Estamos empezando a juntar algo de plata, estamos recibiendo algunos pedidos y estamos viendo a quién podemos ayudar, pero ya proyectando para el año que viene. Creo que va a ser más fuerte el año que viene nuestra acción cuando todo vuelva a la normalidad", cerró.