¿Un fallo ejemplificador?

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POR Micaela Gómez

Diez años pasaron para que una denuncia fuera tomada en cuenta, tratada por un juzgado y sentenciada. Diez años en los que las actividades delictivas que en aquel entonces se denunciaron no cesaron y que, por lo tanto, el daño continuó incrementándose de manera significativa. Tarda en llegar y, al final, ¿hay recompensa? Recientemente se dio a conocer el fallo judicial que condenó a la minera La Alumbrera, que explotaba los yacimientos de cobre, oro y molibdeno en Catamarca y ordenó realizar las acciones necesarias para la recomposición integral de los daños ambientales causados. Hace diez años, los hermanos Carlos y Antonio Aranda denunciaron que la presencia de la minera cerca del pueblo en el que habitan causaba grandes contaminaciones. De acuerdo a los estudios y análisis realizados en laboratorios de Argentina, Canadá e Inglaterra, la Justicia comprobó la contaminación del agua de la localidad de Aparchiri y de Concepción a raíz de los trabajos de esta empresa. Entre las responsabilidades de la minera, que en su página asegura que recientemente terminaron sus actividades en el país debido a la disminución de las reservas, se incluye la reposición de las áreas deforestadas y sin vegetación debido a la apertura de camino, calles y locaciones destinadas a las labores de la minera, como también las canteras y mineraloductos, cuestiones que ya se encontraban comprendidas en el contrato. Las tareas “reparatorias” en sí serán las más utópicas y difíciles, como es el caso de la “recomposición integral de los daños ambientales causados por la acti

vidad que desarrolla hasta la total desaparición de los agentes contaminantes del suelo y del aire, de las aguas superficiales y subterráneas, acompañando las pruebas necesarias al efecto”, como dicta la sentencia. Empresa internacional posee yacimientos explotados en Europa, África e incluso Oceanía. A pesar de haber sido obligada a dejar el país, tiene otros espacios para continuar su trabajo, quizá con los mismos estándares y daños que en Argentina. Hay daños que no se pueden revertir por más de que una empresa quiera remendar su impacto en la naturaleza. La contaminación del agua no desaparecerá porque sí, como tampoco lo harán los daños ocasionados en la salud de los vecinos que se vieron afectados por esta contaminación. Diez años pueden hacer muchos efectos, los controles en una primera instancia podrían haberlo revertido. ¿Logrará ser un caso ejemplificador?

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