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Las enfermedades eruptivas en los más chicos aparecen con la primavera

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Hay gran variedad y presentan distintas características sintomáticas y períodos de contagio. Por este motivo, es una de las consultas más frecuentes al pediatra durante esta estación del año.

A lo largo de la niñez se pueden padecer distintas enfermedades eruptivas, en su mayoría virósicas. Cada una de ellas presenta distintas características sintomáticas, períodos de contagio y evolución. Los especialistas afirman que las consultas más frecuentes al pediatra sobre erupciones aparecen durante la primavera, donde las erupciones se evidencian fácilmente. Las enfermedades eruptivas, o también llamadas exantemáticas, suelen tener manifestaciones características y generalmente un curso benigno. Algunas de las más comunes en la infancia son: la varicela, que es producida por el virus Varicela- Zoster, que puede presentarse durante todo el año. Se transmite por el contacto directo con las lesiones de la piel o por medio de las gotitas de saliva. Se manifiesta con pequeñas manchas rojas que se transforman en ampollas y luego costras. En los pacientes vacunados, la enfermedad es más leve. La escarlatina es una infección bacteriana causada por el Estreptococo B Hemolítico que puede darse también durante todo el año y afecta principalmente a niños ente 2 y 15 años. Se transmite principalmente por las gotitas de saliva que se expulsan al hablar, estornudar o toser. En la piel presenta pequeñas lesiones rojas puntiformes que se atenúan al presionar la piel y son ásperas al tacto. La sexta enfermedad es producida por virus de la familia Herpeviridae, se observa principalmente en primavera y otoño. Es más frecuente en niños pequeños entre los 6 y los 15 meses. Su transmisión se da por medio de las gotitas de saliva. Comienza con un cuadro de fiebre agudo con temperaturas altas entre 38 y 40ºC, que dura de 3 a 5 días. La quinta enfermedad es producida por el Parvovirus B19. Los brotes de esta enfermedad se dan principalmente en invierno y primavera, y es más frecuente en niños entre los 4 y los 10 años. Su contagio se produce por contacto con secreciones respiratorias y saliva. Al inicio tiene síntomas inespecíficos, como fiebre y malestar. Durante esta estación del año es necesario estar atento a los síntomas en los más chicos y realizar la consulta rápidamente al pediatra de cabecera para que pueda realizar un diagnóstico preciso y a tiempo. También se recomienda visitar periódicamente a un dermatólogo por cualquier cambio en la piel.

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