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ACV: concientizan sobre la importancia de actuar rápido ante los primeros síntomas

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La atención médica dentro de las primeras tres horas resulta fundamental para reducir los daños del ACV, que es la primera causa de discpacidad cuando se presenta después de los 60.

En el marco del Día Mundial del Ataque Cerebrovasculares (ACV) que se conmemoró el domingo pasado, los especialistas pusieron el foco en la prevención y rehabilitación de la enfermedad, que es la primera causa de discapacidad cuando se presenta pasados los 60 años. Además, es una de las causas de muerte más comunes a nivel mundial. “Nuestra misión es dar a conocer de qué tratan los accidentes cerebro vasculares, que son una endemia y por eso es tan importante la prevención, incluso se prevé que la mayor cantidad de ACV se van a dar en las regiones emergentes porque los países desarrollados están llevando a cabo políticas fuertes de prevención”, señaló el médico e investigador Máximo Zimerman, quien también aclaró que este tipo de ataques se producen en igual medida en hombres y mujeres. La prevención se basa en la atención médica inmediata al ataque cerebrovascular, identificando los signos. “Las tres primeras horas son fundamentales porque se pueden reducir considerablemente las posibilidades de muerte y discapacidad”, remarcó. Los especialistas precisan que los signos que se presentan en forma brusca y que permiten sospechar que una persona está teniendo un ACV son: trastornos en el habla; debilidad en un brazo, que puede o no acompañarse con debilidad en la pierna del mismo lado; asimetría facial; dolor de cabeza de gran intensidad; pérdida de la visión de un ojo o visión borrosa; dificultad para coordinar los movimientos; mareos; vértigo; dificultad para caminar. Si bien cada vez son más las personas capaces de identificar los factores todavía falta información respecto al tema. Un reciente informe asegura que cuatro de cada 10 porteños no sabe cómo reaccionar o qué hacer frente a los síntomas, según el informe que presentó la Fundación para el Estudio de las Neurociencias y la Radiología Intervencionista (Feneri) durante la “Cumbre del ACV”, que se desarrolló en la Ciudad de Buenos Aires. El trabajo se denominó “Evolución del conocimiento sobre causas y señales de ACV en la población porteña” y demostró que entre 2011 y 2017 el porcentaje de personas que desconocen las causas de un ACV disminuyó casi ocho puntos porcentuales, pasando de 20,4% al 12,9% actual. “Se sabe que cada cuatro minutos una persona sufre un ACV y que una de cada seis personas padecerán un ACV en algún momento de su vida. Y si bien entre 2002 y 2012 la mortalidad se redujo 36% en Estados Unidos, el gasto en el tratamiento de la salud cerebro-vascular se espera se incremente dramáticamente en los próximos años debido al aumento y envejecimiento poblacional”, explicó el neurocirujano Pedro Lylyk, presidente de la fundación que realizó dicho informe. Un ACV puede afectar la motricidad, la sensibilidad, el habla, el lenguaje, la deglución, la vista, las funciones cognitivas y el ánimo, en tanto “el 18% de las personas que sufrieron un episodio vuelven a padecer otro después del primer año, por eso es muy importante ver cuáles fueron las causas que produjeron el primero para prevenir otros ataques y lograr una recuperación de los síntomas que padece”, señaló Zimerman. Por eso, la neuro-rehabilitación debe estar encaminada a la re-adquisición de las destrezas perdidas, “el aprendizaje y la neuroplasticidad ocupan un rol preponderante”, resaltó el profesional, y destacó que debe haber un trabajo multitudisciplinario por las distintas áreas que puede afectar un ACV.

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