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Investigan cómo fue la apropiación de bebés en el Pozo de Banfield 

nunca más. La Unidad Especializada en el asunto durante la Dictadura recorrió el excentro clandestino de detención donde hubo 20 mujeres embarazadas y secuestradas.

En el Espacio para la Memoria y Promoción de los Derechos Humanos continúa la indagación histórica respecto a los crímenes ocurridos durante los años oscuros de la dictadura militar cuando ese espacio funcionó como un centro clandestino de detención, denominado Pozo de Banfield. 

Esta semana, el espacio ubicado en Siciliano y Vernet tuvo la visita de los integrantes de la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado (Uficante).

"Realizamos un trabajo conjunto enfocado en los ex centros clandestinos donde estuvieron jóvenes embarazadas cuyos hijos fueron apropiados. En la Provincia seguimos trabajando por el derecho a la verdad y la identidad", destacaron desde la Mesa de Trabajo del espacio lomense. 

La Uficante fue creada para darle "dedicación específica y el tratamiento especial a los casos de apropiación cometidos, las obligaciones internacionales asumidas por el Estado argentino en la materia" y depende del Ministerio Público.

Los sobrevivientes de esos crímenes "contaron cómo las embarazadas fueron obligadas a dar a luz en las mesadas de las cocinas, tabicadas, atadas de manos y bajo los insultos de sus opresores.

En el Pozo de Banfield, que funcionó como una "maternidad clandestina", estuvieron secuestradas 20 mujeres que transitaban embarazos.

En marzo del año pasado concluyó el Juicio Brigadas, uno de los más importantes en materia de Derechos Humanos para el país que trató los crímenes ocurridos en los centros clandestinos de detención de Lanús, Banfield, Quilmes y San Justo. Más de 3 años y medio duró el proceso que tuvo más de 600 víctimas y 6 genocidas que murieron en el transcurso. Hubo 10 condenados a prisión perpetua, uno a 25 años de prisión y un absuelto.

Los sobrevivientes de esos crímenes "contaron cómo las embarazadas fueron obligadas a dar a luz en las mesadas de las cocinas, tabicadas, atadas de manos y bajo los insultos de sus opresores. Luego eran obligadas a limpiar el lugar" en el que habían dado a luz, según reveló Colleen Torre, una de las querellantes en nombre de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.