El lamento de la mujer que denunció a la pareja por abusar de su nieta
ABUSO SEXUAL. La abuela de la víctima señaló que la nena todavía padece las secuelas. La condena que recibió la pareja fue de 3 años. "Esperaba una condena ejemplar", expresó.
La abuela que denunció a la pareja condenada por abuso sexual contra su nieta en Centenario se lamentó por la condena de tres años de prisión para ambos, que consideró insuficiente, en comparación a las graves secuencias que sufrió la víctima, que pudo sobrevivir, pero que todavía padece las consecuencias de esos tormentos.
"Esperaba una condena ejemplar, porque más allá del abuso sexual y los maltratos, ellos la trataron de ahogar cuando la metían en una pileta de agua, pero no se tuvo en cuenta el intento de homicidio", expresó Silvia.
En diálogo con La Unión, la mujer consideró que "darles tres años no es justicia, pero por lo menos escucharon a la nena, están presos y los dos están en el registro de abusadores". Además, reconoció que "no hay pena posible para tanto daño que le hicieron" a la menor.
Los imputados, Sathya González, madre de la menor, y a su pareja Thomas Fernández, fueron condenados en un juicio abreviado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de Lomas, a tres años de cárcel efectiva. Sin embargo, como ya cumplían prisión preventiva desde 2022, solo les queda un año más tras las rejas.
Según la sentencia, a la que tuvo acceso este medio, se dio por probado que los delitos ocurrieron entre 2019 y 2020 en una vivienda de Centenario, en perjuicio de la menor identificada como A.D.S.
Por otro lado, se dispuso extraer muestras biológicas de Fernández para inscribirlo en el Registro Nacional de Datos Genéticos Vinculados con delitos contra la Integridad Sexual, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
LA DENUNCIA DE LA ABUELA
Silvia, la abuela de la menor, fue la primera que se enteró de los abusos que sufría su nieta y denunció a los detenidos en la Comisaría de la Mujer y la Familia de Temperley.
La menor, que ya tiene 7 años, y quedó a cargo de su abuela y de su padre biológico, todavía lucha con las secuelas del tormento que sufrió. Según la denuncia, también la habrían maltratado y golpeado muchas veces.
"La nena todavía no puede escribir. Sigue con los gritos y llantos cuando se despierta a la madrugada, se le sigue cayendo el pelo y no se olvida de lo sucedido. Es una cruz que ella tiene que seguir soportando el resto de su vida", indicó.
