El pasado de la peatonal Laprida, con protestas y festejos
HISTORIA LOCAL. Lo que hoy es la principal sede para las compras navideñas tuvo un pasado de veredas y árboles. El tranvía que venía desde Retiro entraba por Alem, doblando donde está el Banco Nación.
¡Hola, amigos de La Unión! ¿Ya hicieron las compras de Navidad? Es cierto que hace mucho calor y que la inflación hace que los bolsillos estén más ajustados que nunca, pero no queda otra: hay que darle una mano a Papá Noel con los regalos.
El centro de Lomas de Zamora, como es costumbre para estas fechas, se viene poniendo a tono desde hace días por el movimiento de vecinos que todas las tardes inundan los negocios para conseguir un lindo presente para sumar al arbolito y poner contento a algún familiar.
Si bien cada vez más consumidores eligen el comercio electrónico y muchos otros prefieren buscar en los locales de Las Lomitas, lo cierto es que el pulso de las compras en nuestro partido lo marca desde hace décadas la vieja y querida peatonal Laprida, el corazón de la actividad comercial del partido. Y como siempre me gusta decir, Laprida también tiene una linda historia que vale la pena repasar. ¿Me acompañan?
Cada ciudad, por más pequeña o grande que sea, tiene su calle principal. En Lomas tenemos a Laprida. Francisco Narciso de Laprida, para ser más exactos. Esta arteria, que lleva ese nombre en homenaje a quien en julio de 1916 presidía el célebre Congreso de Tucumán, es el sello distintivo de nuestro municipio.
Para muchos vecinos de otras latitudes, basta citar a la Laprida para certificar que se conoce al partido. Siempre fue así: desde los inicios del distrito, esta peatonal ya se diferenciaba del resto por su ritmo agitado. Poco a poco, Laprida, que hoy nace en la estación y llega hasta Camino Negro, se fue transformando en el punto de encuentro obligado para jóvenes y familias los domingos a la tarde.
Los vecinos usaron Laprida para protestar, aunque también para festejar. Por ejemplo, allí se hicieron los primeros desfiles de los Reyes Magos y los corsos de Carnaval.
En un principio, la fisonomía de la calle era bien distinta: de hecho, las veredas estaban pobladas de árboles. El tranvía que venía desde Retiro entraba por Alem, doblando donde hoy está la sede del Banco Nación. Continuaba su recorrido hasta Meeks y por allí seguía hacia Temperley, donde terminaba el recorrido. Fue en esa Laprida del recuerdo donde se hizo la primera Fiesta de la Primavera en la Argentina. También en ella se disputaron cientos de duelos dialécticos entre dirigentes políticos locales ante la elección de turno. Los vecinos usaron Laprida para protestar, aunque también para festejar. Por ejemplo, allí se hicieron los primeros desfiles de los Reyes Magos y los corsos de Carnaval.
Con el correr de los años, en esta calle se fue armando un centro comercial sólido, que hoy sigue atrayendo a gente de Lomas y alrededores. Se pasó de aquella pequeña aldea de fines del siglo XIX a la pujante y renovada peatonal, donde las galerías se multiplicaron y la música de los negocios le pone ritmo a las compras. En estos días es inevitable darse una vuelta y buscar esa oferta que resuelva los regalos de Navidad. ¡Nos vemos la semana que viene!