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Habló la mujer denunciada por su ex: "El que no quiere verlo es mi hijo"

PROBLEMA FAMILIAR. Luego de que su expareja la acusara de no dejarlo ver al menor, la vecina de Banfield se comunicó con La Unión y dio su versión.

Micaela rompió el silencio tras la denuncia

Micaela rompió el silencio tras la denuncia.

La vecina de Banfield denunciada por no dejar que su expareja vea a su hijo contó su versión de los hechos. Aseguró que el menor no quiere ver a su padre y que ella nunca les impidió tener contacto.

Todo empezó cuando Marcos González denunció que llevaba siete meses sin poder visitar a su hijo de 11 años y que su ex no le permitía hablar con él. Dijo que la mujer no respetó el régimen de visitas pautado cuando se separaron en 2014, que más de una vez no le dejó llevarse a su hijo y que había sufrido violencia física por parte de ella.

Micaela, la madre del menor, se comunicó con La Unión y quiso dar su versión de los hechos (NdeR: por cuestiones de privacidad, el nombre del menor se reemplazará con una "X"). En primer lugar, afirmó que el distanciamiento fue por voluntad de su hijo. "Él puede verlo. El que no quiere verlo es mi hijo", enfatizó la mujer, y aclaró: "Marcos no ve a X desde diciembre. Eso es verdad. Pero no lo ve, porque él no quiere". 

Luego, explicó los motivos por los que el chico no querría estar con su papá: "Marcos está atravesando una depresión muy profunda, que se agravó cuando X dejó de verlo. Hace un tiempo, Marcos tuvo intentos de suicidio. Mi familia y yo le brindamos apoyo. En una de las videollamadas que hizo con X, vimos que él tenía una soga colgada detrás, con el círculo característico de que está por suicidarse colgado. Eso fue un detonante para que X elija no verlo por el daño que sus problemas le provocan. Obviamente, el alejamiento fue paulatino".

La mujer remarcó que "hay audios también, en los que X manifiesta que pueden hablar pero no quiere verlo" a su papá. Y comentó: "Eventualmente, hablan. X tiene su celular y redes, supervisadas, pero en cuestiones de resguardo por todas las cosas que pasan. Mucho tiempo X le mandó audios diciéndole que quería que él cambiara su actitud, que podían verse, pero sin faltas de respeto. Siempre que X le mandó mensajes, interpretó que era yo o que el nene estuvo y/o está influenciado". 

Respecto de las veces que ella se habría negado a entregar a su hijo, la vecina de Banfield dio su versión: "Él iba a verlo. Luego, él dejó de cumplir con los horarios. Y cuando no los cumplía, yo no lo entregaba a mi hijo. La realidad es que tenía un horario para retirar a X y al incumplir, la que quedaba colgada y desorganizada era yo, no él. Cuando no cumplía, yo lo que hacía era hacer mí día, con X inclusive. Algunas veces lo toleré, pero como era repetido en el tiempo, una se cansa de estar siempre a disposición y a merced".

"Después de esa época, X y Marcos tuvieron años de llevarse bárbaro. Sin días ni horarios, cuando ellos querían se veían", agregó. En la misma línea, negó que ella lo hubiera atacado con un ladrillo como había dicho su ex: "Lo del ladrillazo y eso... es completamente irreal. No sucedió jamás".

Al ser consultada sobre el violento episodio del mes de diciembre, en el que Marcos denunció ser golpeado y rasguñado por ella durante una discusión, Micaela sostuvo que fue en defensa propia: "Él se puso muy violento, en mi casa. No paraba de gritar, de amenazar. Estaban mis otros hijos. Algunos lloraban pidiendo que se vaya. Él se me acercaba y yo tenía miedo, sí. De él. Me sentía invadida, ultrajada, violentada y amenazada en mi propia casa. Y soy abogada, tengo herramientas y me especializo en violencia. Pero en el momento, es muy distinto todo. No es nada contarlo a vivirlo".

A raíz de ese suceso, ella solicitó una medida cautelar, que duró tres meses y ya venció. También solicitó que Marcos "sea evaluado psicológicamente, para que la comunicación con X fuese sana en un ambiente controlado".

Por otro lado, Micaela señaló que Marcos "dijo que en el Juzgado de Familia no le dieron curso a sus peticiones, pero sí se las dieron". Al respecto, adjuntó un proveído del 3 de marzo de 2020 donde la Justicia de Lomas de Zamora estableció "fijar la comunicación fluida entre el niño y su progenitor, conforme lo sugerido por el" padre del chico. 

Finalmente, la mujer dejó en claro que no tiene inconvenientes en que Marcos y su hijo recompongan el vínculo, siempre y cuando su expareja demuestre un cambio de actitud. "De mi parte no hubo problemas. Yo voy a respetar lo que mi hijo quiera y lo que no, también. Si él quiere verlo, puede. Si no quiere verlo, no lo puedo obligar. En caso de que no quiera verlo, Marcos debería modificar las conductas que lo llevaron a ese lugar", cerró.