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"Quiero que recuerden a mi papá con esa sonrisa que trataba de sacarle a los pacientes"

Homenaje. Braian Rey Amoretti es el hijo del jefe de Enfermería del Evita, que murió de Covid. Destaca que este "cachetazo" le mostró la "tremenda vocación" de su padre. 

Con un inmenso orgullo y sorprendido por la cantidad de demostraciones de afecto que recibe hasta hoy Braian, hijo de Sergio Rey: el jefe de Enfermería del Hospital Evita de Lanús que falleció tras padecer Coronavirus habló con La Unión sobre su papá a más de un mes de su partida.

"Me gustaría que lo recuerden con esa sonrisa que trataba de sacarle a algún paciente del hospital", expresó Braian que no puede más que recordar a su padre de esa forma porque "era un tipo muy divertido", aseguró.

Los mensajes de afecto inundaron las redes cuando se conoció la partida de Sergio, el enfermero que amaba su profesión: "Sé que sus compañeros van a extrañar la mano amiga que siempre les tendía, que lo recuerden en su club El Fortín de Rivarola con las actuaciones divertidas cada fin de año y siempre recordándole a los chicos la conducta de un buen deportista".

Sergio tenía 59 años, era fanático y socio del Club Temperley y de Boca. Comenzó su profesión que tanto amaba como vigilador hospitalario, estudió un año auxiliar de enfermería en su querido Hospital Evita, para luego convertirse en el profesional avalado por la Universidad de Quilmes.

Sé que sus compañeros van a extrañar la mano amiga que siempre les tendía

Sus primeros pasos en enfermería los dio en el área de traumatología cuando era el hospital viejo. "Nunca dejó de estudiar siempre realizaba todos los cursos que se presentaban y así fue coordinador en el cuarto piso para luego ser supervisor y así hasta que logró la jefatura", recordó su hijo.

Su ardua experiencia en el hospital y la cantidad de situaciones vividas allí no asustaron a Sergio cuando llegó la pandemia del Covid.

"Ya se había enfrentado a otras enfermedades como el Cólera, el Sida, la Gripe A, etc. Mi mamá recuerda la frase que repetía en cada una de estas instancias 'a las enfermedades no hay que tenerle miedo, sino respeto'", contó Braian.

La pasión por la vida del enfermero estaba en cada detalle de sus actos: "Este tremendo cachetazo nos demostró esa tremenda vocación de servicio que tenía mi papá basada primero en la familia y de ahí al resto de la sociedad, lo supimos por el reconocimiento de la gente. Muchos de ellos que ni conocíamos porque para nosotros era normal en mi casa solucionar los problemas de los demás", admitió el hijo con orgullo.

Todavía Sergio está presente ya que se fue hace muy poco tiempo, apenas más de un mes. "Nunca estará ausente siempre va a estar en cada enseñanza, en cada anécdota y en el recuerdo de todos los que conocieron y trataron a mi viejo", dijo Braian, y añadió que aún lo recuerda con la pasión que contaba lo vivido en sus años jóvenes cuando seguía a su querido Temperley a todos lados y lo que peleaban porque Braian "es la oveja negra de la familia, hincha de Los Andes", asumió entre risas.

Tanto su familia, amigos y compañeros de trabajo continúan dejando mensajes sobre lo que dejó plasmado para siempre Sergio Rey en cada persona que pudo conocer.

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