El culto de la amistad

De puño y letra.

Ustedes saben lo mucho que significa para mí la palabra "amigo". Algunos años atrás, en aquellas largas y solitarias noches frente a la cámara de TN de Noche, bastante antes de que tomara forma el "Prende y Apaga", se me ocurrió empezar a llamar "amigos" a quienes me bancaban del otro lado de la pantalla. ¿Quiénes iban a estar peléandole al sueño y escuchándome dar las noticias a esa hora, tan tarde? Claro, sólo mis amigos...

De ahí en adelante, esa palabra se convirtió casi en una marca registrada para mí y todavía me sigue acompañando. Dicho esto, me gustaría compartirles la historia de una institución local que hizo culto de la amistad y fue todavía más lejos: el Círculo Amigos de Lomas.

Nacido en la conjunción de las Fiestas Primaverales (¡lo contamos la semana pasada!) y la Cámara de Comercio, el Círculo tuvo como intención y fin primordial exaltar la amistad con reuniones de camaradería. Los festejos comenzaron a organizarse en 1947 en la calle Laprida. El palco oficial, desde el cual se realizaban las transmisiones y que contaba además con la presencia de los artistas e invitados especiales, estaba ubicado en el cruce de Laprida y Necochea (la actual avenida Hipólito Yrigoyen), hasta que una noche el entonces gobernador de la Provincia, Domingo Mercante, lo derribó con el coche oficial debido a la poca iluminación. Por suerte no hubo que lamentar heridos.

Era en la Cámara de Comercio donde se gestaban y armaban aquellos festejos al aire libre, siempre muy atentos a las condiciones climáticas por tener septiembre días todavía fríos. Las primeras reuniones del Círculo Amigos de Lomas se hicieron en el taller de fotografía de Aldo Besozzi, ubicado frente al Teatro Español.

Años después, los fundadores impulsaron la compra de un edificio ubicado en Boedo 789 para afirmar el crecimiento de la institución. En una reunión de comisión se aprobó el proyecto. Se resolvió que el sentido de la amistad y una leal camaradería serían el "leit motiv" de su existencia.

Al edificio se le hicieron reformas para hacerlo más funcional, con salón de actos y otras comodidades acordes para celebraciones y reuniones sociales. Las nuevas obras fueron bendecidas por el Obispo de la Diócesis, monseñor Alejandro Schell. Con los años se fueron incorporando asociados y vecinos, quienes también disfrutaron la organización de vacaciones y excursiones, hoy en día conocidas como escapadas de miniturismo. En fin, esta fue la historia y la esencia del Círculo, una institución que, como se ve hizo, de la amistad un culto de vida. ¡Seamos amigos!

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