"Don Fede", el comercio familiar y un legado que cumple 30 años

SOBREVIVIENTES. Situado en Laprida, el corazón de Lomas, este local supo transformarse y superar las adversidades con el objetivo de no fallarles a sus clientes.

Don Fede sigue de pie gracias al legado familiar

Crédito: Eduardo Alfaro

"Don Fede" sigue de pie gracias al legado familiar.

"Don Fede" es un comercio lomense que está cumpliendo sus primeros 30 años de vida y su presencia en Laprida, pleno corazón de la ciudad, fue fundamental para su crecimiento. Osvaldo Lopardo, uno de los actuales dueños, contó cómo surgió este sueño familiar que lleva el nombre de su abuelo, el legado que le dejó su padre a él y a sus hermanos, la lucha de haber sido un sobreviviente de la pandemia y la felicidad de seguir de pie para atender a los vecinos.

"Mi papá Luis era dueño, junto a mi tío Serafín, de La Casa de Los Millones, la agencia de lotería que estaba ubicada en Laprida 170 y que llegó a ser la número uno del país. Él vivía ahí y también había un quiosco que pertenecía a mi abuelo", empezó a contar Osvaldo. Inmediatamente contó que en ese lugar se gestó la posibilidad de un local de cafetería y panadería, sueño que se cumplió en marzo de 1992 con el nacimiento de "Don Fede", nombre que se eligió en homenaje al papá de Luis y el abuelo de Osvaldo.

Se decidió alquilarle el local a Libio Martín, de La Veneciana, y debimos transformar el espacio ya que estaba adaptado para ser una heladería. Así fue que empezamos a vender panes saborizados y trenzados, tortas y facturas, de todo.

"Se decidió alquilarle el local a Libio Martín, de La Veneciana, y debimos transformar el espacio ya que estaba adaptado para ser una heladería. Así fue que empezamos a vender panes saborizados y trenzados, tortas y facturas, de todo", recordó Lopardo sobre los comienzos de "Don Fede", hace ya tres décadas, en Laprida 113, el epicentro de Lomas.

"El local era muy pintoresco y podría encajar perfectamente en la actual Las Lomitas. Por acá han pasado muchísimos comerciantes conocidos de la zona, antiguamente había una gran comunión porque los locales eran atendidos por los propios dueños", agregó Osvaldo, que inmediatamente resaltó el esfuerzo de su padre durante muchos años, ya que llegaba a "Don Fede" alrededor de las 7 y se iba pasadas las 22.

La cafetería y panadería también estaba ligada al deporte. Y es que un programa radial de Los Andes, clientes de "Don Fede", solían hacer notas y entrevistas a los jugadores en las mesas del local. "En la trasmisión de los partidos siempre nos mandaban saludos", dijo, con una sonrisa.

Mi papá nos dejó el fondo de comercio de manera física, pero sobre todo heredamos un legado de valores como el trabajo y el sacrificio.

Con el fallecimiento de Luis en 1998, Osvaldo y sus hermanos Sebastián y Fabián tomaron la posta: "Nos dejó el fondo de comercio de manera física, pero sobre todo heredamos un legado de valores como el trabajo y el sacrificio".

Al ser consultado sobre la emblemática calle peatonal Laprida, Osvaldo contó que cuando llegaron al lugar ya era de asfalto, pero que con el paso del tiempo fue sufriendo modificaciones, como la colocación de baldosones grises y rojos o la posición de las luminarias, que antes estaban más cerca de los locales y actualmente se encuentran en el centro. "Recuerdo que antes era muy común que se inundara Laprida, eso desde la gestión de Insaurralde se resolvió", dijo.

"Al igual que Laprida, nosotros también mutamos, un poco también por los cambios del público. Nos volcamos más a las comidas, primero las rápidas y luego algunas más elaboradas", admitió Osvaldo, quien cree que tanto él como sus hermanos son "sobrevivientes" de la vieja escuela de comerciantes del centro de Lomas.

"Don Fede" también supo sortear los momentos más complejos de la pandemia y la cuarentena, otra prueba fehaciente de que las ganas de progresar y de mantener el legado son inquebrantables.

"Don Fede" también supo sortear los momentos más complejos de la pandemia y la cuarentena, otra prueba fehaciente de que las ganas de progresar y de mantener el legado son inquebrantables: "Estuvimos un tiempo cerrados, después empezamos con delivery y con take away para luego a atender con mesas en la vereda, algo que nunca habíamos experimentado. Lo tomamos como un reinicio y sin todas las enseñanzas de nuestro padre fueron fundamentales".

A tres décadas de aquel comienzo, Osvaldo agradeció el apoyo de los clientes, los verdaderos protagonistas de que "Don Fede" festeje cada año. "Ojalá sigamos por muchos años más, no vamos a bajar los brazos y siempre vamos a dar pelea", concluyó, con cierta emoción en su voz.