Los cuestionamientos a la ciencia, el costado no conocido de Julio Cortázar
A 106 AÑOS DE SU NACIMIENTO. Antonio Las Heras, profesor y socio de la Sociedad Argentina de Escritores, se encargó de analizar el pensamiento del creador de ?Rayuela?, que plantea en sus obras los interrogantes a los dogmas científicos.
Mucho se ha dicho y se ha estudiado sobre la capacidad literaria de Julio Cortázar. Su gran obra lo catapultó a ser considerado mundialmente como uno de los autores más innovadores y originales de su época. Antonio Las Heras, doctor, escritor y presidente de la Comisión del Libro de Filosofía, Historia y Ciencias Sociales de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), se encargó de analizar detenidamente, a modo de homenaje ante un nuevo aniversario del nacimiento, un aspecto poco conocido y explorado del creador de “Rayuela”: sus puntos de vista y sus pensamientos sobre la ciencia, donde en varias oportunidades pone en duda los dogmas y las verdades que se basan en supuestos.
En plena pandemia, Antonio Las Heras, profesor, escritor y doctor en psicología social, aprovechó para indagar las obras de Cortázar, en vísperas de un nuevo aniversario del nacimiento del autor, y encontró un interesante universo que se deberá explorar en profundidad: “Julio estaba emparentado con un pensamiento oriental, sobre todo hindú, y que no se tiene en cuenta. Nadie habla sobre su viaje a la India donde, según su propio testimonio, se da cuenta que la ciencia occidental se basa en dogmas, es decir, en verdades reveladas pero que no se pueden explicar”.
“Cortázar se da cuenta que la ciencia, por momentos, hace enunciados dogmáticos, como la teoría del Big Bang. El escritor plantea poner en duda estos supuestos y preguntarse el porqué de las cosas”, explicó el profesor, que es presidente de la Comisión del Libro de Filosofía, Historia y Ciencias Sociales de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), donde es socio de la asociación hace 47 años.
Ya desde adolescente, el famoso novelista y cuentista tenía una firme postura de no someterse a modelos teóricos ni hipótesis, ya que creía que esto sería colonizar al universo con leyes creadas por los humanos, una raza que según él no está en condiciones de entender la totalidad del cosmo. “Todo esto que sostenía Julio, aproximadamente en la década del ’30, era claramente ponerse en contra de lo establecido”, recalcó Las Heras, quien también es director del Instituto de Estudios e Investigaciones Junguianas de la Sociedad Científica Argentina.
Durante una entrevista en París, el escritor volvía a mostrar su postura: “Desde chico puse en duda todo lo que los demás daban por sentado. Me rehusaba a creer que las cosas fueran tales como aparentaban ser".
“Prosa del observatorio” es un ensayo poético que Cortázar escribe en 1972, luego de una experiencia en la India y es uno de los textos en los que se puede observar algunos interrogantes a la ciencia que hace el autor.
UNA RELACIÓN DESDE LA ADOLESCENCIA. “Cortázar llegó a mi vida en plena adolescencia, en la escuela secundaria, gracias a una profesora de literatura. Me acuerdo, porque todavía lo analizo, que lo primero que leí de él fue ‘La autopista del sur’”, dijo Las Heras sobre el cuento que, según su pensamiento, es “una verdadera clase de psicología social”.
TRABAJO. En conmemoración por los 250 años del nacimiento y los dos siglos del fallecimiento de Manuel Belgrano, Antonio publicó (hace aproximadamente un mes y medio) su más reciente libro llamado “Belgrano y la Masonería”.
“Coincido absolutamente con el pensamiento de Cortázar y creo que, si viviera actualmente, seguiría con la misma postura porque siempre tomo el rol de protagonista en la vida”, dijo rotundamente Antonio. Y, para finalizar, citó una frase que escuchó del ingeniero José Babini en uno de los cursos, mientras Las Heras estudiaba en la universidad: “La historia de la ciencia es la historia de la corrección de los errores de la ciencia