Alberto Lecchi, un cineasta apasionado por el Gasolero
?MI CORAZÓN ESTÁ EN LOMAS?, ADMITIÓ. Este experimentado artista repasó sus primeros pasos en la industria de la TV y el cine, en donde actualmente y en plena pandemia dirige con su celular un ciclo de efemérides para la Televisión Pública. También supo ser presidente de su querido Temperley.
Luz, cámara y acción. El lomense Alberto Lecchi, famoso director y guionista de cine y televisión, hizo un “corte” y le contó al Diario La Unión sobre sus inicios en la industria, su infancia en su querida Lomas y su fanatismo por Temperley, club en el que supo ser presidente. Además, habló sobre la actualidad de su trabajo en plena pandemia, con unas efemérides que se trasmiten de lunes a viernes por la Televisión Pública.
“Me crié en la calle Rivera al 800. Tengo hermosos recuerdos de mi infancia, de jugar a la pelota en la vereda. Cuando iba para el centro de Lomas, me paraba en la vidriera del Diario La Unión para ver una cartelera que había en el lugar”, empezó a contar Alberto, quien estudió la primaria y parte de la secundaria en el Normal, para luego finalizar en la Escuela de Educación Secundaria N°14 Tomás Espora de Temperley.
Cuando tenía 18 años, tras el fallecimiento de su padre, se mudó junto a su mamá a Capital y dos años más tarde se independizó y se trasladó a San Telmo, pero nunca se olvidó de sus orígenes: “La niñez y la adolescencia es lo que te marca y mi corazón está en Lomas”.
INICIOS. Si bien trabajó tanto en cine, en televisión y en teatro, sus primeros pasos fueron en la pantalla grande y es por eso que en general lo llaman cineasta. Como en esa época no existían escuelas para estudiar y perfeccionarse en el rubro, Lecchi comenzó con un curso en el Museo del Cine. “Ahí empecé a trabajar en la industria como pizarrero meritorio y la primera película que hice fue ‘Custodio de Señoras’, en 1979, dirigida por Hugo Sofovich y con Jorge Porcel, Graciela Alfano y Alberto Olmedo en el elenco”, rememoró el lomense.
“Comencé desde muy joven, hice muchas películas en la industria como asistente, hasta que en 1993 dirigí mi primera película, ‘Perdido por perdido’, protagonizada por Ricardo Darín, Enrique Pinti y Carolina Papaleo”, recordó. Un año más tarde, comenzó a trabajar en televisión, más precisamente con la serie Nueve Lunas.
Al hablar de “Perdido por perdido”, una película que lo marcó como profesional, Alberto contó que fue una novedad para la época ya que para Darín y Pinti era la primera vez que interpretaban una película de suspenso, un género en el que no se habían desenvuelto: “Tuvo un gran éxito en Argentina y en el exterior. Todavía se sigue trasmitiendo, es increíble”.
En la actualidad, Lecchi dirige para la Televisión Pública “Historia al día”, unas efemérides (unas “capsulitas”, según el director) de dos minutos, que se trasmiten de lunes a viernes y que también se pueden ver por Instagram del canal (@tv_publica). Son escritas por Jorge Dorio e interpretadas por distintos actores: “Las dirijo desde mi casa y con el celular, adaptado a la pandemia, y ya han pasado más de 70 actores, quienes recitan esos datos. Nos pone muy contentos generar trabajo para un grupo de personas, con el fin de que puedan subsistir en esta época tan difícil”.
La tecnología en la industria, según el director y guionista de 66 años, es cada vez más “espectacular” y permite tener grandes resultados, pero destacó que lo importante es la historia: “Podes tener la mejor cámara del mundo, pero si contás mal los sucesos, no sirve para nada”.
PASIÓN CELESTE. Alberto siempre fue hincha fanático de Temperley y la mayoría de sus amigos eran de Los Andes. Siempre que volvía a Lomas, era para ir a la cancha y ver al “Gasolero”, club del que llegó a ser presidente entre 2016 y 2017.
“Fui asistente de los mejores directores argentinos que hubo y también de varios americanos y europeos. Tuve una carrera muy afortunada”, sostuvo, agradecido por la vida que supo llevar adelante.
Para finalizar, Lecchi admitió que todavía utiliza la pizarra tan característica para rodar una película, pese a la aparición de las nuevas tecnologías. “Si no digo ‘clack’, es como que falta algo, para mí no hay cine”, conclu