Buenos Aires necesita equilibrio ecológico y equidad social
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Buenos Aires debe "recuperar su matriz ambiental", es decir el equilibrio entre naturaleza e intervención humana, y garantizar el "derecho a la ciudad" si quiere preservar sus recursos naturales, alertaron expertos en vísperas del Día de la Tierra, que este año tiene como tema "Ciudades Verdes".
El presidente de la Fundación Metropolitana, Pedro Del Piero, identificó puntos problemáticos en Capital y el Gran Buenos Aires, como el mal uso del suelo y de los recursos hídricos, la sobre edificación sin control, la falta de espacios verdes y la proliferación de automóviles particulares.
"El equilibrio ambiental en las áreas metropolitanas está golpeado por un mal uso del suelo, porque se han entubado todos los cursos de agua, se han eliminado las funciones de escurrimiento natural de las cuencas y de las enormes planicies de inundación", explicó el titular de la fundación que promueve el planeamiento urbano sustentable.
Esas grandes planicies, dijo, "actuaban con una función de equilibrio que hoy ya no tienen porque han sido cubiertas por la gran explosión urbana de los últimos 40 años", hecho especialmente notorio en barrios cerrados que además elevan artificialmente estas áreas provocando que "hoy se inunden otros barrios que antes no se inundaban".
Todas las superficies "bajo cota de inundación" -susceptibles de ser cubiertas por el agua- "no deberían ser ocupadas" porque eso "altera un mecanismo natural de equilibrio", con consecuencias que pueden ser terribles como las inundaciones en la Ciudad de Buenos Aires y La Plata, afirmó Del Piero.
La sobreedificación no sólo elimina superficies de escurrimiento, sino que deja a la ciudad sin espacios verdes que actúen como pulmones de oxígeno para sus habitantes.
"Buenos Aires debería construir un sistema de áreas verdes y establecer funciones especiales de reforestación y pulmones de oxígeno para lo que todavía no está ocupado por la mancha urbana, desde los bosques de Ezeiza, Pereyra Iraola, Palermo y Campo de Mayo a superficies más pequeñas que fueron recreos sindicales" y hoy corren el riesgo de transformarse en barrios cerrados, opinó.
Del Piero apuntó que la polución y congestión provocadas por la sobreabundancia de autos particulares demanda un "uso más racional", para que sean parcialmente reemplazados por más y mejores unidades de transporte público.
"En un colectivo caben todos los pasajeros de los autos que ocupan tres cuadras en una ciudad como ésta, donde la ocupación por auto no llega a una persona y media", ejemplificó.
La búsqueda de una solución para estos problemas implica una mayor "gobernabilidad ambiental", es decir, una gestión de los recursos con conciencia ecológica que requiere políticas públicas acordes y trabajo coordinado de los distintos órganos de gobierno, pero también una sociedad que acompañe, señaló.
Ya en esa senda, "llevará décadas recuperar la matriz ambiental" del área metropolitana, que "uno reconoce cuando ve como era naturalmente la ciudad y cómo fue cuando era aldea", dijo, aunque eso "no implica volver a los ranchos de adobe" sino "recuperar el equilibrio".
El coordinador de la Asociación de Abogados Ambientalistas, Jonathan Baldivieso, advirtió sobre la tergiversación del slogan "ciudades verdes" que hacen algunos gobiernos enfocados al "marketing urbanístico" y consideró que "los daños ambientales están relacionados con la desigualdad social".
"El discurso ecológico ha logrado, entrar en la agenda pública porque se dieron cuenta que mejora el prestigio internacional, pero las políticas públicas de las ciudades llamadas verdes no se están enfocando a las medidas de fondo que habría que aplicar" para ser coherentes con lo que se dice, aseguró.
En Capital se preocupan por "el transporte con la bicicleta, por recuperar los espacios verdes pero la planificación urbana no es participativa y no está atendido problemas de raíz que producen ciudades inequitativas", señaló.
Baldivieso abogó por un nuevo paradigma: "el derecho a la ciudad", que implica "modificar el modo de gestión y construcción", que "sigue siendo neoliberal" -por desatender el daño ambiental, favorecer el consumo y propender a la privatización del espacio público- y garantizar "el acceso igualitario a los servicios públicos, además de romper los enclaves de pobreza territoriales".
La Asamblea General de la ONU declaró en 2009 el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra y, desde entonces, cada año más de 1.000 millones de personas en 190 países participan de actividades alusivas como plantar árboles, limpiar sus comunidades y contactar con sus representantes políticos en defensa del medio ambie