Diez años sin Mercedes Sosa
Rescate emotivo .
De sangre mestiza, hija de un zafrero y de una lavandera, de familia muy humilde, de Tucumán, la provincia más chica de la Argentina. De ahí era Mercedes Sosa.
Quizá ese duro entorno de su niñez la forjó para lo que sería en el futuro, la llevó a ser una de las voces más representativas de la música popular de América latina y le permitió asumir el compromiso con sus ideales, sueños y esperanzas. Hizo suya la palabra olvidada de los pueblos originarios, de las mujeres, de los trabajadores y de los niños. Con su canto logró un grito colectivo de verdad, justicia, libertad y dignidad.
Haydée Mercedes Sosa, aunque iba a llamarse Marta y así la nombraban en su intimidad, nació en San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1935, en el Día de la Independencia, y falleció en Buenos Aires el 4 de octubre de 2009, hace una década, tras padecer distintos problemas de salud.
Siendo una quinceañera, en octubre de 1950, empujada por el entusiasmo de un grupo de amigas inseparables, se animó a participar en un certamen radial organizado por LV12 de Tucumán.
Camuflada con el seudónimo de Gladys Osorio, su precoz talento la hizo ganadora del concurso, cuyo premio era un contrato por dos meses de actuación en la emisora. Ahí empezó todo lo que vendría después.
Su canto también la llevó a recorrer infinidad de ciudades en el mundo y ser premiada por gobiernos y organismos internacionales.
Una década después, cuando se produjo una suerte de estallido en torno de la música folklórica, el nombre de Mercedes Sosa ya estaba comprometido con el canto popular como integrante del Movimiento del Nuevo Cancionero, una corriente renovadora del folklore, surgida en la provincia de Mendoza, que proponía dejar de lado las modas pasajeras, para poner el acento en la vida cotidiana del hombre argentino, con sus alegrías y tristezas.
Entre los artistas fundadores y promotores de este movimiento estaban Armando Tejada Gómez, Tito Francia y Manuel Oscar Matus, su compañero y el padre de su hijo Fabián.
La Negra se consagró en los '60 y su éxito se extendió en la década siguiente. También debió sufrir el exilio y retornó al país poco antes del regreso de la Democracia. Recién pudo regresar a un escenario argentino el 18 de febrero de 1982.
A partir de ese momento pateó el tablero del folklore y comenzó a sumar a su repertorio nuevas composiciones. Comenzó a cantar temas de Charly García, León Giego y Fito Páez, juntado armoniosamente el rock y el folklore. También temas de trovadores, como Víctor Heredia y Silvio Rodríguez.
Sin dejar de combinar tradición y vanguardia, sumó a su público a las nuevas generaciones y nunca detuvo su marcha.
Para darle un gran broche a su discografía, grabó “Cantora”, que le valió un Grammy. Se trató de una obra conceptual, que incluyó un DVD y un libro de fotos. La Negra dejó un gran legado musical y también otro ligado a un compromiso fuera de los escenarios.