Con nueve cuadras nuevas, son 79 las asfaltadas en Lamadrid
.
El Municipio pavimentó 900 metros en el marco del saneamiento y la canalización del Arroyo del Rey y arregló un puente por el que ahora pasan los colectivos N°117 y N°540.
En el marco de la obra de saneamiento y canalización del Arroyo del Rey y del Plan de Pavimentación, el Municipio asfaltó otros 900 metros de calles de tierra en Lamadrid, y ya son 79 las cuadras que se pavimentaron en los últimos años.
Las obras se llevaron a cabo en distintos puntos. Sobre Virgilio, hasta el Arroyo del Rey, se trabajó en 400 metros; en Virgilio, entre Goya y Gualeguay, las tareas se realizaron en 200 metros; en el puente de Tabaré, que pasa por arriba del Arroyo, 100 metros; y en otros 200 metros de esa última calle.
El puente, que une Lamadrid con Budge y que estuvo cerrado durante un año y medio, fue refaccionado y ahora, los colectivos de las líneas 117 y 540 pueden usarlo.
“Estas obras de asfalto tienen como objetivo mejorar la conectividad urbana y garantizar una infraestructura hídrica sólida, para que el agua se escurra correctamente hacia los desagües que desembocan en el Arroyo del Rey”, detalló Martín Insaurralde.
El proyecto integral de saneamiento y canalización del Arroyo del Rey, a cargo del Municipio de Lomas y del Gobierno nacional, consistió en el revestimiento del curso de agua en hormigón armado a cielo abierto sobre 11 kilómetros desde Pringles hasta su desembocadura en el Río Matanza, que permitió reducir la cantidad de inundaciones. Esa iniciativa se complementó con la construcción del canal aliviador Carriego-Andrés Bello- Lope de Vega, en Albertina.
LA OBRA BENEFICIÓ A LA ESCUELA Nº49
Liliana Maldonado es la directora de la Secundaria Nº49, de Lamadrid, ubicada en Orán e Iparraguirre, donde concurren 250 alumnos de la zona todos los días. Con el asfalto, la realidad en el establecimiento dio un vuelco enorme: los chicos comenzaron a estudiar en un espacio más cómodo. “Desde que Iparraguirre está pavimentada, la escuela es otra.
Las cooperativas empiezan a limpiar a las 7 y hay recolección de basura; es una maravilla”, señaló. Uno de los motivos que le generaba más dolores de cabeza a Liliana eran los días de lluvia, por la inasistencia que golpeaba a cada aula. “Antes, cuando caía alguna gota, era difícil que los chicos vayan al colegio. Llegar a la puerta era muy difícil, había mucho barro”, cerró.
&n