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Con la fe como motor, fieles viajaron a ver al Papa

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Gentilesa Eclesia

Gentilesa Eclesia

Algunos participaron del Segundo Encuentro Mundial de Movimientos Sociales en Bolivia. También hubo lomenses en Asunción, última escala del Papa argentino.

Desde la casa en Lomas de Guillermo Galeano hasta el prado sin fin de Ñu Guazú, a 30 minutos de Asunción, hay 1.200 kilómetros que pueden ser recorridos en dos horas en avión o en 16 horas por micro.

Pero el viaje hasta el campo paraguayo donde el Papa finalizó su gira le tomó a Guillermo -y a cientos de miles de peregrinos argentinos- dos años.

La travesía había empezado con la coronación sin corona de Jorge Bergoglio como pulso de la Iglesia y corazón del pueblo católico.

Esa tarde fue el verdadero inicio del viaje -el profundo, el espiritual- para los miles que materializaron su fe en el blanco inmaculado de un líder que adoctrina con el gesto y dirige con el carisma, y cuya inercia es capaz de arrastrar a las masas hacia su figura y su mensaje: Francisco.

Galeano, director de Eclesia, el periódico de la Diócesis de Lomas, sintetiza este magnetismo en una escena en la madrugada guaraní: “Llamaba la atención cómo la noche previa a la misa en Ñu Guazú, a las 4 de la mañana, ya había miles de personas esperando o caminando por los alrededores. Seis horas antes de que empezara todo”.

A otros 1.200 kilómetros de la capital paraguaya, en Santa Cruz de la Sierra, el profesor de Ciencia Sagrada lomense Maximiliano Cardozo también registraba la inercia papal.

“En las calles de Santa Cruz he visto muchísima gente que, estoy seguro, no era católica -subraya el joven enviado por la Pastoral Social del Distrito.

La figura de Francisco supera al catolicismo, concilia e interpela a distintos credos”.

La visita del Sumo Pontífice a la perla del oriente boliviano se dio en el marco del Segundo Encuentro Mundial de Movimientos Sociales, una cumbre organizada para discutir cómo incluir a los principales destinatarios de las homilías papales: los más pobres.

A Cardozo lo acompañó el coordinador de la Pastoral Social, Aldo Díaz. Sobre la intimidad del Encuentro, del que participó también la organización de Fiorito “Che Pibe”, Díaz contó que “la mayoría se mostró preocupada por el trabajo precario, el hábitat y medio ambiente; era gente común, las bases que se reunían más allá de sus ideologías políticas”.

“Hubo gran madurez de los movimientos para dejar de lado sus matices ideológicos y concentrarse en los problemas que atraviesan a las clases populares de todo el continente”, destacó.

Con movilizaciones masivas, constantes mensajes sobre la solidaridad hacia los más pobres y el claro tacto popular, para Guillermo Galeano la experiencia en los países vecinos es un anticipo de lo que vendrá cuando Francisco vuelva al pago: “Una 9 de Julio llena hasta donde se pueda ver

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