Egipto, a su vez, explica en una nota del Ministerio del Exterior que cierra sus aeropuertos y puertos a los qataríes para proteger su seguridad nacional.
De visita en Sydney, Australia, el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, expresó su deseo de que la ruptura de relaciones no tenga impacto en la lucha contra el terrorismo en la región, y se ofreció para mediar en la crisis.
Estados Unidos cree que es importante que el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) se mantenga intacto, dijo Tillerson, y llamó a las naciones a resolver sus diferencias. El CCG está formado por Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
"Si hay algún rol en el que podamos desempeñar para ayudar a tratar esta situación, creemos que es importante que el GCC (Consejo de Cooperación del Golfo) permanezca unido", dijo Tillerson.
El empresario petrolero, además, atribuyó el conflicto a "una lista creciente de (conflictos) irritantes que hace tiempo están ahí" y que han llevado a algunos países a tomar medidas para que esas diferencias sean abordadas.
Tillerson aseguró que la medida no tendrá un impacto significativo en la unidad de la lucha contra el terrorismo en la región y globalmente, y destacó que todos los países implicados han mostrado su oposición al Estado Islámico (EI).
Qatar acoge la sede avanzada del Centro de Mando de EEUU, que opera en la base aérea de Al Udeid, en Doha, donde hay unos 10.000 efectivos de las fuerzas armadas estadounidenses.
A consecuencia del conflicto, Qatar Airways suspendió todos sus vuelos a Arabia Saudita y la aerolínea emiratí Etihad Airways, con sede en Abu Dabi, aseguró que sus aviones no volarán "hasta nuevo aviso" a Catar desde mañana.