La Unión | LOMAS

Los Ricagno dejaron su huella en los principales edificios lomenses

una HISTORIA QUE INVOLUCRA A TODA LA FAMILIA, a través de los nietos de pío daniel y adriana.  

Fueron los encargados de realizar obras de gran reconocimiento, como el Palacio Municipal, la Galería Oliver, el viejo cuartel de Bomberos y la Biblioteca Mentruyt, icónicos en la localidad.

Los Ricagno son una familia de renombre en Lomas por las innumerables construcciones que llevaron a cabo en la localidad, algunas de ellas de gran impacto en la sociedad, como la tan importante Municipalidad. Daniel es el nieto de Pío y junto a su hermana Adriana se encargaron de contar detalles íntimos de la constructora.

“Mi abuelo vino de Italia, del pueblo de Sezzadio, donde el apellido Ricagno era muy común entre los habitantes. Tal es así que mi abuela también tenía el mismo apellido”, explicó el hombre de 79 años sobre los orígenes y las raíces del país europeo.

La oficina de Pío Ricagno se encontraba en Meeks 308 (hoy en Meeks 227), 1º piso, donde funcionaba la administración. “Ese edificio contaba con cochera y al fondo estaba el corralón, donde se guardaba el material, las estructuras y los camiones”, inició Daniel al detallar el lugar de trabajo de su padre y de su abuelo.

Desde que comenzó su abuelo con la constructora hasta que dejaron de lado la actividad, existieron abundantes estilos que fueron mutando con el paso de los años, donde además pasaron una gran cantidad de arquitectos. Cada estilo se adecuó a la época a la que debía realizarse la obra.

“Todavía hoy se considera como un edificio muy adecuado para la administración de un Municipio. Incluso en las facultades de arquitectura aún se estudian dichos diseños, como el de Japas”, comentó Daniel, con cierto orgullo por el trabajo hecho por sus familiares.

UN GRAN DESAFÍO PARA LA EMPRESA. Uno de los grandes edificios de la ciudad es el Palacio Blanco Municipal, situado enfrente de la Plaza Grigera, el cual también fue construido por Pío Ricagno y diseñado por el arquitecto Néstor Bogani.

“Siempre se comentaba en mi familia sobre esa construcción, de lo importante que fue para la empresa. El reloj, que actualmente está en la Municipalidad, lo encargó mi abuelo directo de Suiza y los ascensores eran de origen alemán”, detalló el nieto de Pío sobre los conocimientos que él posee de aquella majestuosa obra.

La remodelación de la Plaza Grigera, en la inauguración de la Municipalidad (que fue el 22 de diciembre de 1938), también pasó por las manos de los Ricagno-Bogani. El Teatro Coliseo, el Salón Dorado, la Galería Oliver, el viejo Cuartel de los Bomberos, la Biblioteca Mentruyt y el Policlínico son otros edificios significativos de Lomas, que llevan la marca de la familia. “Existe una casa en Colombres, casi esquina Yrigoyen, que gracias a que fue nombrada patrimonio histórico, se mantiene el frente de la misma tal cual era, sin modificarse”.

OTRAS FAMILIAS DE RENOMBRE. Daniel habló de los Japas, emblemáticos en Lomas por haber sido los primeros en tener un edificio con ascensor en la localidad, y de la relación que los unió tras ser los encargados de llevar adelante la construcción: “En 1938 todavía se encontraba mi abuelo con la empresa, pero los que más estaban a cargo eran sus hijos, José y Pío, mi papá. Conocíamos a los Japas y tenían contacto ya que mi madre hacía las compras allí”.

La oficina de Pío Ricagno estaba en Meeks 308 (hoy en Meeks 227), 1º piso.

Al ser consultado sobre la forma de ser de su padre y abuelo, contó que eran personas muy dadas con los lomenses, aunque su abuelo era un poco más retraído y con pocas palabras, pero “muy imponente y con una personalidad marcada”. De hecho, a una de las autobombas del cuartel de Llavallol, allá por 1971, le pusieron el nombre de él.

“Los Grigera vivieron al lado de la casa de mi mamá, en España, entre Colombres y Loria”, dijo Adriana acerca de la relación que mantenían con otra de las familias importantes.

Una divertida anécdota recordó el nieto de Pío sobre dicha familia: “Yo tenía un clarín y lo hacía sonar todo el tiempo. Uno de los hijos de Grigera era médico y le dijo a mi mamá que me iba a hacer mal a los pulmones tocar todo el tiempo, con la intención de que dejara de hacerlo”.

Asimismo, contó que a través de los Grigera se enteraron del fallecimiento de su abuelo materno, como otro de los recuerdos que los atañan

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