Santos busca encarrilar el acuerdo con el diálogo interno
.
Reunió a los jefes de los partidos de la base oficialista y abrió el juego a las demás fuerzas para encarrilar entre todos nuevas negociaciones con las FARC.

Tal como anunció el domingo a pocas horas de sufrir el duro revés de la derrota del Sí en el plebiscito por la paz, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reunió este lunes a los jefes de los partidos de la base oficialista y abrió el juego a las demás fuerzas -en especial el Centro Democrático del triunfador Álvaro Uribe- para encarrilar entre todos nuevas negociaciones con las FARC, en tanto la guerrilla incorporó un nuevo punto de discusión al rechazar el carácter jurídico de la consulta del domingo.
Bogotá amaneció este lunes con la actividad típica de los días hábiles, aunque al visitante no se le escapa la preocupación de los ciudadanos -aun los que votaron por el No- ante la incertidumbre de qué ocurrirá una vez que el acuerdo logrado tras casi cuatro años de negociaciones cayera en el vacío.
En el interior del edificio, Santos iniciaba el complejo esfuerzo de tejer alianzas dentro y fuera de la base oficialista para buscar un "gran acuerdo nacional" que le dé el impulso que necesita para revitalizar el diálogo, siempre y cuando la jefatura guerrillera se avenga a esa discusión, pues por ahora las FARC sólo mostraron actitudes dialoguistas y expresaron consignas de férreo apoyo a la paz.
Para ese nuevo colectivo político Santos aguarda la decisiva intervención de su antecesor Uribe, quien anunció que quiere "aportar a un gran pacto nacional" por la paz que corrija los "errores" del acuerdo entre el gobierno y las FARC.
Mientras tanto, decenas de países de la región, más la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos y las Naciones Unidas salieron presurosas a apoyar el proceso de paz y a ofrecer sus buenos oficios, si es que sirvieran para algo, porque a nadie se le escapa que el retorno del conflicto colombiano sería no sólo una catástrofe humanitaria sino también un enorme fracaso de la política y la diploma