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“Ni palabras Ni cosas”, una mirada metafórica y poética sobre el amo

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Sale a escena en el Diablomundo una obra que aborda la temática sin contar una historia lineal y con recursos autobiográficos de los protagonistas.

Ni palabras Ni cosas”, una coproducción entre Argentina, Brasil y Colombia, llega mañana al Galpón de Diablomundo, después de haber recorrido los escenarios brasileños, en una escala de la gira por distintos puntos de Argentina.

La obra es un boceto sobre el amor o lo que queda de éste en la ausencia de aquellos elementos. No es una historia, es una deconstrucción que deja expuesta la soledad de un discurso vacío. Una pareja navega un río mecánico de automatismos, patrones y reincidencias.

Fragmentos de amor que padecen naufragios permanentes. Nadar es imprescindible para evitar el ahogo de estos cuerpos que se han vuelto objetos por donde circula lo que fluye. El agua sabe que es río cuando se encuentra.

“Buscamos hablar del amor, es un proyecto para hablar del amor en el que no buscamos contar una historia. El público busca sus propias sensaciones, es partícipe y activo, no queremos que las cosas sean como las decimos nosotros porque somos artistas”, comenta Joaquín Tato, uno de los protagonistas de la obra.

Esta puesta en escena rompe con el formato tradicional de muchas obras. “No queremos contar una historia lineal, presentamos una serie de imágenes y metáforas con aportes de situaciones verídicas”, acota el artista oriundo de Temperley y que también tuvo parte de su formación en el Diablomundo.Originalmente, el proyecto tomó un rumbo y decidieron no “caer en la propia trampa” de contar una historia lineal. A partir de esta decisión, la obra quedó en manos del director Hernesto Mussano y comenzó a armarse durante los ensayos con lo propuesto por los propios actores.

PONER UN POCO DE UNO.

Joaquín comparte el elenco de la obra con la actriz brasileña Priscilla Bello, que es su pareja en la vida real. Esta doble conexión entre ambos genera que la obra tenga varios pasajes autobiográficos.

“Tiene irrupciones de la vida real en la dramaturgia. Cuando la estrenamos, Prisilla estaba embarazada de 7 meses y tuvimos que ver cómo incluíamos eso: hubo que cambiar el vestuario y averiguar qué podía hacer ella en escena con esa panza”, recuerda el actor sobre lo acontecido en el estreno, poco antes del nacimiento del hijo de la pareja.

Para abordar la temática del amor, hicieron un abordaje alejado de las fórmulas más vulgares y sin caer en un tratamiento snob, dirigido sólo a un grupo minoritario.

“No tratamos al amor como algo chabacano y fácil, subestimando al público. Tampoco hacer algo reloco, dirigido a un determinado grupo. Hacemos algo poético y metafórico, que llega a cualquier público. Es un desafío hablar sobre el amor en una obra que cabe en una valija”, explica.

APORTE CARIOCA.

Los dos protagonistas de la obra residen en Mina Gerais y gracias a la Secretaría de Cultura de este Estado brasileño tienen un aporte económico que les cubre los pasajes para realizar presentaciones en Argentina, a partir de una iniciativa que promueve el intercambio de artistas locales con otros de distintas latitudes.

Por Edgardo Solano

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