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La izquierda se ofrece como "tercera vía" para sacar a Cataluña del bloqueo

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Ante las elecciones regionales del 21 de diciembre en Cataluña, la candidatura de izquierda Catalunya en Comú- Podem, que encabeza Xavier Domènech, propone un gobierno progresista que supere la lógica de bloques enfrentados que sigue alimentando el conflicto de secesión. 

Las encuestas otorgan al partido liderado por Domènech y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la llave del gobierno regional que saldrá de las urnas, pero ellos se resisten a jugar ese papel de árbitro y piden a los catalanes el voto para superar el actual escenario de confrontación.

"Nuestra apuesta es un gobierno progresista y será la gente la que decida qué tan decisivos somos. Todavía hay que ver si tenemos dos bloques", dijo Domènech en diálogo con Télam.

Sin abandonar del todo la idea de un hipotético referéndum pactado con el Estado español en un futuro, el candidato enarbola una propuesta de "acuerdo político" de amplia mayoría para un "nuevo pacto" entre Cataluña y el Estado español, superado del actual marco autonómico.

El lema con el que se presentará la izquierda a las elecciones, "Tenim molt en Comú" (Tenemos mucho en común), es toda una declaración de principios en un momento en el que la sociedad catalana se encuentra totalmente fracturada entre los partidarios de la independencia y los que se oponen.

"El futuro de este país lo tenemos que construir en base a consensos y a partir de ahí podremos concretar nuestros anhelos y no seguir atrapados en la situación actual", subrayó Domènech al presentar en conferencia de prensa en Barcelona su propuesta electoral.

Las elecciones del 21 de diciembre, convocadas por el Ejecutivo español de Mariano Rajoy en el marco de su intervención en Cataluña, se presentaron como la salida del conflicto de secesión, que provocó la mayor crisis política e institucional en España en los últimos 40 años.

Sin embargo, los sondeos pronostican un escenario post electoral en el que los independentistas podrían reeditar su mayoría, aunque el llamado "bloque constitucionalista", que conforman los partidos contrarios a la secesión, excluida la izquierda, también tendrían posibilidades de formar un gobierno alternativo.

Frente a este "empate técnico", la candidatura de izquierda Catalunya en Comú-Podem -que incluye al partido Podemos- está llamada a ser el actor que incline la balanza hacia un lado u otro de los dos bloques.

La campaña comienza el 5 de diciembre, pero los distintos partidos ya comenzaron a perfilar sus posiciones.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la fuerza del ex vicepresidente Oriol Junqueras y que se sitúa como primera fuerza, lanzó la propuesta de un "gobierno fuerte" de todos los partidos contrarios al 155, en referencia al artículo de la Constitución española que dio cobertura a la intervención del Ejecutivo central en la región, y que la izquierda rechazó.

No obstante, Domènech descartó apoyar a los independentistas, no sólo porque censura la vía unilateral, sino porque en el caso de ERC sigue proponiendo gobernar con el PDeCAT (Partido Demócrata Europeo Catalán) del ex presidente Carles Puigdemont, heredero de Convergencia i Unió (CiU), la histórica derecha nacionalista.

"La 'e' de ERC está cada vez mas difuminada, dicen que harán políticas de izquierda y luego apoyan a gobiernos que aprobaron políticas fiscales regresivas", criticó el dirigente catalán.

"Nosotros vamos a apoyar a aquellos que quieran poner la agenda social en el centro", remarcó Domènch. "Pero tampoco vamos a respaldar a los que estén con la represión y el 155", añadió.

De esta forma, el líder de la izquierda se niega a dar su respaldo o facilitar con la abstención un gobierno de los partidos constitucionalistas, es decir, de los liberales de Ciudadanos, el Partido Popular (PP) y los socialistas.

Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos, es quien está mejor posicionada para encabezar un gobierno alternativo, en cuanto a respaldo electoral.

Pero Domènech cree que es "evidente" que ellos no la apoyarán puesto que Ciudadanos se encuentra a sus antípodas defendiendo propuestas como el "copago sanitario" o la precarización laboral, en línea con la derecha más reaccionaria que representa el ex presidente José María Aznar.

También el socialista Miquel Iceta reclama el eventual respaldo de Domènech, algo que el dirigente de izquierda asume como más factible, aunque reconoce que requiere un cambio en la posición del PSC (Partido Socialistas de los Catalanes) de rechazo al 155.

Otra idea que sobrevuela las elecciones es la formación de un "tripartido" de izquierda similar a la coalición que gobernó Cataluña entre 2003 y 2006 con el socialista Pasqual Maragall como presidente.

"De nuestra parte estamos siendo claros, pero ERC se define más por un gobierno con el PDeCAT y el PSC parece más dispuesto a darle el gobierno a Ciudadanos y el PP", explicó Domènech.

"Queremos ser decisivos, no árbitros. Por eso tenemos una propuesta", insistió.

En ese sentido, Domènech explicó que su espacio político plantea reforzar la "bilateralidad" que ya existen entre Cataluña y España, con el objetivo de llegar a un acuerdo para convivir en un Estado plurinacional. También habla de "recuperar soberanía" en el terreno económico, energético e institucional.

El gran desafió es recuperar la "votación" que tenía Cataluña de ser la "avanzada progresista en España". "Cambiar Cataluña nos permitirá cambiar España", sentenció.

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