Valeria Espejo, una mamá solidaria que ayuda a otros lomenses
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Junto a otras madres, creó la asociación civil “Soñando un Mundo Mejor” e impulsó el Servicio TEA del Municipio de Lomas, que contiene a chicos con autismo. Es madre de Facundo (14), quien fue diagnosticado a los seis meses con epilepsia y a los dos, con autismo.
El vínculo de las madres con sus hijos, alberga un abanico de sentimientos, desde el amor hasta el propio temor que conlleva su crianza y porvenir. En el mundo contemporáneo, cada vez son más las mujeres emprendedoras y pioneras, como la lomense Valeria Espejo, una de las integrantes y fundadores de la asociación civil “Soñando un Mundo Mejor”, desde donde impulsaron el Servicio TEA para chicos con autismo.
Espejo es madre de Facundo Ezequiel Alani, de 14 años, diagnosticado con epilepsia a los seis meses. Alrededor de dos años después, cuando se atendía en el Hospital Garrahan, el neurólogo le explicó que a su hijo “le interesaban más los objetos que las personas” y fue en aquel entonces que le diagnosticaron, también, autismo. Si bien Facundo asistió a la escuela La Casa de Juanita, en Temperley, a Espejo le comenzó a brotar la duda por el futuro de su hijo.
“Desde la asociación queríamos crear un lugar de contención especializado, porque en zona Sur no existía nada de eso. Por eso, presentamos en el Municipio de Lomas un proyecto para crear el Servicio TEA”, explicó.
Fue así como Armando Mogliani, uno de los directores del Instituto Municipal de Discapacitados y Adultos Mayores (Imdiam), presentó la iniciativa en el Concejo Deliberante de Lomas y fue avalada de inmediato por el intendente, Martín Insaurralde. Espejo, quien además tiene una hija llamada Fátima, de 22 años, se levanta todas las mañanas para llevar a Facundo al Servicio TEA, que funciona como un instituto. Su enorme solidaridad y vocación de madre hizo que se involucrara de lleno en el espacio para ayudar a todos los otros chicos que asisten allí.
“Actualmente, hay más o menos 40 chicos y una gran lista de espera. Yo trabajo en el Servicio junto a tres madres más, donde preparamos los desayunos, organizamos los días festivos con decoraciones, les pedimos a los padres si pueden colaborar con algún objeto, hacemos que sea un lugar mejor para los chicos”, afirmó.
La asociación Soñando un Mundo Mejor, que nuclea a madres con hijos autistas, trabaja en conjunto con el Servicio TEA perteneciente al Imdiam, que depende del Municipio. Espejo explicó que el autismo se suele diagnosticar a los dos años, cuando los chicos ingresan al jardín porque se demuestra que no logran un vínculo con sus compañeros. En consecuencia, ellos acogen a niños a partir de esa edad hasta la adolescencia y, ahora, tienen el proyecto de crear un hogar para cuando sean más grandes.
“Desde la asociación queremos lo mejor para nuestros hijos y estamos viendo de impulsar la creación de un hogar para que, cuando ellos crezcan, puedan estar ahí, con terapeutas y otros profesionales”, dijo. Espejo demuestra día a día las ganas y el compromiso para darles la mejor vida a sus hijos: “Con esto tengo la posibilidad también de ayudar a otras madres y es una enorme satisfacción