“Se espera que los dones de paz, amor y perdón reinen en las personas en Navidad”
una celebración tapada por el consumismo.
Desde la Parroquia Santa Rosa de Lima, el Padre Antonio habló sobre el real significado de esta fecha tan importante para el catolicismo: “Dios entra en los corazones sencillos, está en cada uno dejarlo pasar”.
Se acercan las Fiestas y es tiempo de reflexiones, de buscar respuestas al por qué de las celebraciones y el verdadero significado de la Navidad, que con el paso del tiempo fue quedando a un costado. José Antonio, más conocido como el Padre Antonio de la Parroquia Santa Rosa de Lima, de Lomas, explicó que existieron diversos factores que hicieron que la Navidad se convierta en la que se conoce por estos días.
“En la Navidad se revive el gran misterio, donde Jesús nació y se hizo hombre como nosotros, vivió alegrías, penas y dio hasta la última gota de sangre para salvarnos, poniendo el amor por delante de todo”, recalcó el hombre de 77 años sobre el real significado de los festejos. “¿Qué se espera de la Navidad hoy en día?”, se preguntó en voz alta, para luego responderse a sí mismo: “Dios entra en los corazones sencillos y está en cada uno dejarlo pasar. Que los dones de paz, amor y perdón reinen en las personas para parecerse un poquito a Él”.
El Padre indicó que la Navidad de antes era más pura y que no estaba tan contaminada como hoy en día: “Aquel que quiere vivir la fe tiene obstáculos. El consumismo es uno de ellos porque todo se quiere ver a través de la parte económica, pero si le damos total importancia al materialismo y sólo nos centramos en ello, no vamos a encontrar la felicidad”.
Con la costumbre y el buen hábito de pasear todos los días en su bicicleta por las calles de Lomas, el religioso dijo que lo hace porque es un simple ejemplo y demuestra que siendo sacerdote también tiene una vida humilde como todos. “Si tu fe se encuentra unida a las obras, llegás mucho más a los corazones de la gente que te rodea”, aseguró.
En la Navidad se revive el gran misterio, donde Jesús nació y se hizo hombre como nosotros, vivió alegrías, penas y dio hasta la última gota de sangre para salvarnos, poniendo el amor por delante de todo.”
Y agregó: “Nuestra misión como párrocos es evangelizar a los vecinos, administrando los sacramentos, las misas dominicales y hacemos principal hincapié en la catequesis de los niños, que son el futuro de la Iglesia y de la Patria”, indicó el Padre, que lleva 30 años en la Santa Rosa de Lima, de Lomas Este.
PRIMEROS PASOS. Proveniente de España, más precisamente de Segovia, Antonio entró al Seminario Menor cuando tenía 10 años y allí estudió la primaria y la secundaria. Convencido del camino tomado y luego de que le preguntaran acerca de su fe y sus convicciones, siguió la Orden de los Carmelitas para luego iniciar por 12 meses el Noviciado, donde lo pusieron de manifiesto acerca de la vida religiosa.
ESTILO DE VIDA. “La carrera eclesiástica la llevé a cabo en la Universidad de Salamanca y duró siete años, formada por tres de filosofía y cuatro de teología, donde me preparé para lanzarme en la vida pastoral”, contó Antonio, para luego añadir acerca de cómo se enteró que debía viajar a Argentina cuando tenía 25 años: “Recibí una carta del Superior que me destinaba a la misión en Lomas de Zamora”.
SANTA ROSA DE LIMA. Siendo una de las más recientes de la localidad, la piedra fundacional de la parroquia se colocó en 1972 por Monseñor Schell antes de morir. El nombre se eligió por la comisión de aquel entonces, que optó por la patrona de América. El primer párroco del lugar fue el Padre Agustín Barrios, también perteneciente a la Orden de los Carmeli