Dos referentes de la panadería lomense homenajean a los artesanos del pan en su día
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Este sábado se celebra el Día Nacional de Obrero Panadero. Eduardo Rodríguez recuerda a su abuelo que, como otros inmigrantes, se abrazó al oficio. Raúl Mallía, quien generó una revolución con el pan caliente, destaca la “pasión” de los trabajadores.
Para que a las 8 de la mañana las panaderías tengan sus mostradores llenos de factura, pan y cosas ricas, hubo un trabajo previo, de noche, silencioso: el del panadero que amasó y preparó la mercadería con el amor como principal ingrediente. Hoy se celebra el Día Nacional del Obrero Panadero y dos vecinos que hicieron historia con sus comercios los saludan.
Eduardo Rodríguez nació en la antigua panadería La primavera y hoy es socio de Nouvelle, donde hornea el pan con maquinaria de avanzada y abastece las luminarias con paneles solares. Para él la panadería es “una gran familia” y recuerda a su abuelo, quien se inició en el oficio recién llegado de Europa.
“Es un día para homenajear a hombres como mi abuelo, que llegó de España a una joven edad y se abrazó a esta profesión como tantos más. Arrancó como obrero panadero y junto a su familia aspiraron a más y emprendieron su propia panadería familiar”, remarca Eduardo.
El comerciante de Lomas Este recuerda a su abuela, quien llamaba a todos a almorzar a la mesa, incluso a los obreros panaderos. “Esa singularidad es la panadería en sí misma, es una gran familia”, marca desde la panadería reconocida por sus pastelitos tradicionales.
En la provincia de Buenos Aires hay mas de 20 mil familias que viven de la panadería, lo que genera una gran potencia de trabajo. “Mi saludo es para esta gran familia que trabaja todo el día en este momento tan difícil del país, que se siguen levantando temprano, con la dignidad del trabajo”, cierra.
Raúl Mallía generó una revolución en Lomas, también desde Nouvelle en 1988 cuando creó una nueva forma de comercializar el pan. En vez cocinarlo en una etapa, de 4 a 7 de la madrugada, lo cocinaba durante todo el día, entonces los vecinos se llevaban su pan caliente. Recuerdan que había cola para comprar. “Creamos el sistema de producción a la vista y la cocción constantemente de pan y facturas”, adelanta Raúl.
Para este comerciante que se trasladó a Adrogué con Summus no hay secretos, “la diferencia lo hace la buena atención y la calidad”. En el Día del Panadero, Raúl les hace un pedido muy especial: “Sigan con la misma pasión por lo artesanal