Autopsia: el cuerpo del diácono presentaba un golpe en la cabeza y cinco lesiones de arma blanca
crimen de luquín. Una de las heridas estaba en el cuello. Un hombre fue demorado este lunes, pero liberado más tarde. Se realizarán estudios complementarios al tiempo que se tomaron huellas dactilares en la escena.
El cuerpo del diácono Guillermo Luquín, asesinado en su casa de Temperley, presentaba un golpe en la cabeza y cinco lesiones superficiales de arma blanca, una de ellas en el cuello, de acuerdo a lo establecido por la autopsia.
Fuentes judiciales indicaron que, en principio, no pudo establecerse de manera fehaciente cuál de las heridas halladas le provocó la muerte, por lo que se decidió realizar una serie de estudios complementarios.
Asimismo, por la tarde se informó que un hombre fue demorado como sospechoso del crimen y trasladado por efectivos de la Policía Bonaerense a la Fiscalía número 4 de Lomas de Zamora para que sea entrevistado por el fiscal de la causa, Gerardo Mohoraz, pero tras declarar fue dejado en libertad. Los investigadores descubrieron que el sospechoso se había contactado con la víctima a través de Messenger horas antes del asesinato.
Durante toda la jornada, el fiscal recibió una serie de testimoniales, entre ellas, la de hermano de Luquin y otros familiares, con el fin de reconstruir sus últimas horas e intentar identificar a algún sospechoso o si tenía algún conflicto.
La autopsia al cuerpo del diácono se llevó a cabo este lunes en la Morgue Judicial de Lomas de Zamora y en ella se dictaminó que las manos de la víctima mostraban lesiones defensivas.
Luquín, diácono de la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Lomas de Zamora, fue encontrado muerto el domingo en su casa de Temperley. El religioso, de 52 años, además se desempeñaba como empleado del Banco Provincia.
Al ser descubierto el crimen, la víctima presentaba al menos una herida cortante en el cuello y estaba envuelto en las sábanas de la cama, mientras que en la casa no había señales de ingresos forzados o del robo de elementos de valor.
Los médicos del SAME que llegaron a la vivienda del diácono, en la calle Bombero Ariño al 800, consideraron que lo mataron durante la madrugada del domingo. La investigación quedó a cargo de la fiscalía N°6 de Lomas de Zamora.
En el dormitorio donde fue encontrado el cuerpo de Luquín, los policías detectaron signos de lucha y una gran mancha de sangre sobre la cama. En la cocina, sobre una mesa se hallaron una botella de gaseosa y dos vasos servidos. De allí, los peritos levantaron seis huellas dactilares.
De un primer momento los investigadores sospecharon que la víctima conocía a su asesino y le permitió el ingr