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Gracias al recambio, River allanó el camino en Salta

por la copa argentina. Argentino de Merlo le hizo frente al Millonario hasta que entró Borré, hizo un gol, dio dos habilitaciones y liquidó el partido: fue triunfo 3 a 0.

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Suárez anotó dos goles gracias a las asistencias de Borré.

Gracias al recambio, River encontró la solución para abrir el duro partido que le planteó Argentino de Merlo. Con el ingreso de Rafael Santos Borré se terminó lo que se daba: un gol y dos asistencias del colombiano le dieron el triunfo al Millonario y el pase a la siguiente fase de la Copa Argentina.

Contrariamente a lo que se espera para este tipo de partidos, en los primeros 60 minutos no se vio una superioridad abrumadora del campeón de América sobre el humilde líder de la Primera D.

En la primera etapa, River lució inconexo, estático, sin creación de juego. La lucidez que habían mostrado estos mismos jugadores unos días atrás contra Alianza Lima por la Copa Libertadores no floreció en el Martearena.

Argentino, firme en las marcas, se plantó en su propio campo con dos líneas de cuatro y esperó. Salvo por algún movimiento rápido que los desencajó (y de los que no abundaron), mayormente ganaron en la lucha mano a mano, y a la hora de atacar apostaron por las contras, limitadas desde lo futbolístico pero llenas de empuje y garra.

Sin actividad interesante en las áreas, todo quedó para el segundo tiempo y en los primeros minutos el equipo de Merlo arrancó manejando la pelota. Le duró poco.

Con los ingresos de Palacios y Santos Borré (pequeños detalles contra los que es muy difícil competir), River refrescó el ataque y empezó a sacar diferencia desde lo físico. Poco a poco fue desgastando al rival, llegando al área con más peligro, y al minuto 24 encontró el gol. El arquero Padelacq dejó corto un despeje tras un centro y Borré no lo perdonó.

A los 33, otra aparición de Borré fue clave. Filtrándose por la derecha, metió un centro preciso para Suárez que sólo debió empujarla para anotar el 2-0.

Y a los 47, con el partido liquidado, volvió a servírsela a Suárez para que el ex Belgrano deje desparramado al pobre Pedelacq y cierre el encuentro. Con lo justo, River lo liquidó.

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