Talento local Juan Pablo Merlo Figueroa tiene 19 años y desde que tiene uso de razón cantar es una pasión y lo que lo ayudó a salir adelante en situaciones adversas.
A pesar de su corta edad, el artista de Turdera Juan Pablo Merlo Figueroa (19) ha pasado por dificultades económicas, sociales y personales que lo atravesaron, pero gracias a su pasión por el canto aseguró que la música siempre ha sido ese "cable a tierra que lo salvó".
El nombre artístico y con el que hace sus presentaciones es Revenge Vibes y en diálogo con La Unión detalló que su conexión con la música viene desde hace muchísimo tiempo, tanto que "ya ni se acuerda cuándo empezó todo".
"Tengo recuerdos de estar con mi padre disfrutando, cantando y tocando los viejos Cd's de The Beatles desde que tengo conciencia y aunque en la familia había adversidades, la música siempre estuvo presente como esa puerta de escape que nos salvaba en las malas", expresó el joven.
Una de las personas que más lo apoyó en su camino musical es su papá. "Fue por excelencia la mayor influencia para entrar en el mundo de la música. A los 6 años fue el primero que me enseñó a tocar una guitarra con el riff de 'Day Tripper', también el fue muy importante para que después me decida a estudiar la música, pero desde un lado teórico en el Conservatorio Julián Aguirre de Banfield donde recuerdo que me compró mi primera guitarra en la 'Antigua Casa Nuñez'".
Con apenas 9 años, Juan Pablo ya estaba inmerso en el mundo del arte lo que significa que tiene una trayectoria de una década en el rubro. "Desde siempre me fue bien porque entendía que estaba en mi lugar en el mundo. Contrario a esto, no era el caso para mí en la escuela porque lamentablemente he sufrido muchísimos episodios de bullying desde que empecé a cantar y llevar la guitarra al colegio", expresó sobre uno de los momentos más complicados que tuvo que padecer cuando era un niño.
En ese momento estaba muy enfocado en lo que era el rap y el freestyle. "Empecé a rapear sobre las cosas que creía y pensaba en forma de protesta en relación a lo que ocurría en el país, y fue cuando sentí muy cerca al rechazo de mis compañeros por lo que al final después de tantas agresiones hacia mis ideas y mi persona dejé de hacer música, dejé de escribir y empecé a creer en la idea de que esto no era para mí", contó.
Por tantos episodios adversos que tuvo que atravesar en ese entonces decidió dejar el conservatorio a sus 12 años con la excusa de sentirse cansado. "Fue recién a los 13 cuando mis amigos me convencieron y me llevaron a la Plaza de Turdera donde volví a batallar en la competición 'Turdera Free' después de estar casi un año sin hacer nada de música", recordó.
Volver de esa manera lo fortaleció tanto que comenzó a crear sus propios proyectos. "Inicié mi canal de YouTube Revenge Vibes donde comencé a subir las canciones que creaba, me encerraba en el viejo local almacén/granja de mi familia y allí pasaba todo el día solo, pero con la convicción de cantar de producir todo solo", detalló sobre esa salida que le abrió muchas puertas a su talento.
De esta forma pudo crear una "pequeña comunidad de amigos en Internet", con quienes compartía sus mismos gustos y sueño. "Hice amigos con los que hasta el día de hoy sigo manteniendo un contacto y sigo haciendo canciones", aseguró el cantante de Turdera.
Hizo covers de todo tipo porque siempre nutrió su oído musical con distintos géneros, colores y estilos. "Siempre disfrute a la música en su máxima expresión para llegar a ser un artista completo, escribía de todo, pero lo que yo sentía especialmente", recalcó.
CON SEGURIDAD Y SUPERACIÓN PERSONAL
Cuando llegó la pandemia recordó que pasó toda la cuarentena encerrado en el local de su mamá creando y componiendo y eso lo fortaleció tanto en su autoestima y seguridad que cuando volvió a la escuela, lo hizo con la idea de motivar a los chicos, de buscar más comunicación para con ellos y con la idea de apoyar los proyectos artísticos sin miedo al rechazo.
"Me presenté a las elecciones del centro de estudiante como presidente y las terminé ganando con mis ideales y fue ahí cuando poco a poco empecé de vuelta a mostrar lo que hacía, me comprometí con el arte y la música para que todo los demás puedan hacerlo de la forma más hermosa", detalló emocionado por su propio logro de superación personal.
Retomó sus estudios musicales y comenzó a incursionar en el mundo del arte en el Centro Cultural "El Ceibo" de Banfield y según señaló allí tuvo la oportunidad de presentarse por primera vez en un escenario: "Gracias a mi profesora de canto actuamos en el Teatro del Municipio de Lomas".
Actualmente, Juan Pablo está estudiando en la Universidad Nacional de Lanús, la licenciatura en Audiovisión para seguir la orientación de Sonido y Grabación. "Quiero dedicarme al 100% a la música desde mi lado artístico como técnico", afirmó.
Sus presentaciones siguen activas ante cualquier oportunidad que se le presenta. "Hace un par de semanas canté de forma imprevista en la plaza de mi barrio en el marco del acto municipal de la renovación de la Plaza San Martín y eso fue fundamental para conocer a Gustavo de CasaNegra que me invitó a hacer presentaciones allí, en su espacio gastronómico", comentó.
Este mes realizó varias presentaciones allí en Reconquista 69, Turdera, y aseguró que en agosto volverá porque es un lugar que "le genera confianza y me permite dar a conocer lo que hace".
Sobre el futuro determinó que no sabe hasta dónde va a llegar. "Lo que tengo en claro es que sé de donde vengo, sé que al final del día solo me llevo las cosas positivas y el cariño de mis seres queridos, no estoy muy seguro de donde voy a estar cuando mi tiempo se acabe, pero le prometí a Dios usar el tiempo que me dé para dejar una imagen positiva, motivar a jóvenes para que sigan sus sueños y así dejar una huella positiva en este mundo repleto de odio, guerra y desunión", concluyó convencido de su presente.
Para contrataciones y saber más del talentoso joven de Turdera entrar en su cuenta de Instagram: @juanpablomerlofigueroa