Es apicultor y se dedica a salvar colmenas en medio de la ciudad 

GRAN LABOR El lomense Marcelo Louseau trabaja hace 40 años con abejas. Está comprometido con preservar la vida de ellas y por eso extrae con cuidado paneles formados en lugares insólitos. 

Marcelo tiene más de 40 años de experiencia en el rubro.

El emprendimiento familiar sigue de pie, más vivo que nunca.

Un emprendimiento familiar nació en Lomas con el objetivo de comercializar productos derivados de las abejas, pero luego se extendió con la misión de preservar la vida de estos insectos tan importantes para el ecosistema. El lomense Marcelo Loiseau (59) vive en Turdera y se dedica a la apicultura hace ya cuatro décadas: no solamente vende miel, sino que también se encarga de trasladar panales de abejas formados en lugares insólitos como en una medianera o una ventilación y así relocalizar una colmena formada de manera natural. Cómo lo hace y cuál es la clave para sea un éxito.

La pasión por la apicultura se despertó en Marcelo una vez que se recibió de técnico mecánico. "Ahí me di cuenta que quería trabajar y estar en contacto con la naturaleza. A raíz de ello surgió la idea de hacer un emprendimiento familiar relacionado a la apicultura, pese a que no teníamos a ningún antepasado que se haya dedicado al rubro", reveló.

Con la meta ya fijada, Marcelo se capacitó y se recibió como perito apicultor de la Sociedad Argentina de Apicultor, lo cual le permitió trabajar con colmenas de abejas. En 1984 nació "Corapi", un emprendimiento que se dedica a la venta de productos derivados de las abejas.

"Compramos las primeras colmenas y las llevamos a Brandsen, pero luego las trasladamos a Córdoba porque el rendimiento y la producción era mucho mayor", rememoró sobre los inicios. Fue tal el éxito que lograron abrir dos locales de venta de miel al público, pero las distintas crisis económicas del país y el sabotaje a un laboratorio a cargo de la confección de artículos con propóleo hizo que se redujera el consumo de productos naturales, lo cual afectó directamente a la empresa familiar ya que debieron cerrar ambos comercios.

Marcelo no bajó los brazos y logró salir adelante nuevamente con "Corapi", apostando al crecimiento desde la producción y venta de miel al por mayor ya que "Argentina se caracteriza por ser uno de los países con más exportación de miel en el mundo". Pero, además, amplió el emprendimiento desde un costado más humanitario: preservar las colmenas radicadas en panales construidos en distintos puntos de la ciudad, siempre con la intención de valorizar la vida de las abejas.

El emprendimiento se amplió desde un costado más humanitario: preservar las colmenas radicadas en panales construidos en distintos puntos de la ciudad, siempre con la intención de valorizar la vida de las abejas.

"En los últimos años, los vecinos se fueron sensibilizando con respecto a este tema. Hace no mucho, cuando detectaban un panal de abejas llamaban al fumigador para que lo retire, sin tener noción del daño que se le hacía al ecosistema al exterminar a las abejas. Ahora esa labor la realizamos nosotros también, como apicultores comprometidos", contó.

El emprendimiento familiar a cargo de Marcelo se viralizó el año pasado gracias a la extracción de una colmena natural que estaba ubicada en los conductos de ventilación de un edificio: lo singular del caso fue la extensión del panal, que llegaba a medir más de dos metros. "Los techos, los gabinetes de gas, los huecos entre paredes, las calderas o las medianeras son algunos de los lugares más comunes donde puede haber colmenas", aclaró.

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En algunos videos que sube el emprendimiento a su cuenta de Instagram se lo puede ver a Marcelo manipular las abejas con sus manos, sin ningún tipo de protección. Según le explicó a este medio, su experiencia y la inmunidad a las picaduras le permite trabajar de esa manera: "Las abejas urbanas son muy mansas, entonces no uso guantes para tener mayor sensibilidad y ser más cuidadoso a la hora de maniobrarlas".

"El trabajo de extracción suele durar varias horas ya que es muy artesanal. Hay que inspeccionar el lugar antes de hacer la labor y, para arrancar, se debe esperar a que la mayoría de las abejas se vaya de su hogar: cuando accedemos al panal, se lo corta cuidadosamente y se lo ata a un cuadro para el posterior traslado", detalló.

El trabajo de extracción suele durar varias horas ya que es muy artesanal. Hay que inspeccionar el lugar antes de hacer la labor y, para arrancar, se debe esperar a que la mayoría de las abejas se vaya de su hogar: cuando accedemos al panal, se lo corta cuidadosamente y se lo ata a un cuadro para el posterior traslado

El éxito de la labor se basa en encontrar a la reina y colocarla en el cajón de traslado: si eso se logra, el trabajo está prácticamente resuelto porque ella emite una feromona que atrae al resto de las abejas. 

Hoy en día, "Corapi" cuenta con 600 colmenas (la población de cada una de ellas varía entre 10.000 y 80.000 abejas, según la época del año) distribuidas en Entre Ríos y en el partido de Magdalena.

"Las abejas, como el resto de los insectos, son importantísimos y valiosos para la vida en la tierra debido a su labor de polinización. Tenemos que mentalizarnos que los humanos no somos los únicos habitantes del planeta, hay más especies que son fundamentales para la vida cotidiana y tenemos que preservar sus vidas", concluyó Marcelo.

Los vecinos que estén interesados en saber más sobre la apicultura o quieran comprar productos derivados de las abejas pueden contactarse a través de un mensaje directo de Instagram o por WhatsApp al 1141426805.

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