ORGULLO LOMENSE Farmacia Giannoni cambió de dueños pero mantuvo su esencia barrial y el trato cercano con los vecinos. "Los clientes no son un número más", explicaron.
Hay comercios que se destacan por su esencia barrial y por su atención con el vecino de Lomas. Uno de ellos es la Farmacia Giannoni, que mantuvo sus raíces y su idiosincrasia pese a haber cambiado de dueños. Norberto Vázquez, quien actualmente está al frente del local, contó la historia del lugar, nombró los motivos por los que el espacio sigue en pie y agradeció el acompañamiento incondicional de los clientes.
Según el primer libro recetario que conserva Norberto, la Farmacia Giannoni comenzó a funcionar en 1957 y se ubicaba en la esquina de Campos y Cerrito. Algunos vecinos de la zona aún recuerdan ese pulcro lugar, con una excelente atención y su clásica balanza de pie. Después de 21 años se mudaron enfrente, a la intersección de Cerrito y Anatole France, donde se encuentra actualmente.
Lo cierto es que, en 1985, La Farmacia Giannoni cambió de dueño y pasó a manos de Norberto y de Matilde Janiszewski, su esposa. "Ella era farmacéutica y, en ese entonces, empleada en otra farmacia, mientras que yo trabajaba junto a mi padre en el rubro de perfumería. Con el objetivo de ampliar horizontes nos lanzamos a esta aventura", recordó Vázquez.
Pese al traspaso, quienes están hoy en día a cargo de Farmacia Giannoni decidieron mantener aquellas bases construidas por los originales dueños. La atención personalizada y cálida, uno de sus fuertes y por lo que se destaca el comercio, se sigue observando en el local. "Acá, los clientes no son un número más como suceden en grandes cadenas farmacéuticas. Nosotros velamos por la contención a los pacientes", explicó.
Acá, los clientes no son un número más como suceden en grandes cadenas farmacéuticas. Nosotros velamos por la contención a los pacientes
Al ser consultado sobre el éxito de Farmacia Giannoni, el farmacéutico no lo dudó y lo atribuyó a varios factores: "El trabajo con honestidad hacia los clientes, como así también la escucha y la orientación constante son fundamentales. Muchos vecinos vienen con varias recetas, sin saber qué hacer, y es necesario ser pacientes y solidarios ante cada caso".
El trabajo con honestidad hacia los clientes, como así también la escucha y la orientación constante son fundamentales. Muchos vecinos vienen con varias recetas, sin saber qué hacer, y es necesario ser pacientes y solidarios ante cada caso
El fallecimiento de Matilde fue un golpe muy duro para Norberto, que pese al dolor no bajó los brazos y continuó al frente del negocio familiar. "Pude conseguir lo que me propuse: seguir adelante, sin regalar el esfuerzo de ambos ni de toda la historia de la farmacia", explicó, con cierto orgullo.
"Después de 40 años estoy eternamente agradecido al barrio y a la respuesta que ha tenido para con nosotros. Con buenas épocas y otras no tanto, los vecinos nos acogieron desde el primer día y esperamos que nos sigan acompañando con el paso del tiempo", finalizó, con profunda emoción.