¡Ups! Santiago atendió el llamado y debió optar entre dos beneficios, mientras que todo terminó en una discusión entre varios jugadores.
El teléfono rojo sonó por primera vez en la casa en esta temporada de Gran Hermano y ofreció dos opciones a quien atienda el temible llamado.
Se podía fulminar a dos jugadores o ir al SUM con solo la mitad de los competidores a disfrutar de un banquete por 10 minutos.
Santiago Algorta atendió el llamado, que curiosamente también había sido el primer líder de la casa en esta edición. El uruguayo corrió rápidamente desde el living y llegó sin complicaciones a levantar el auricular.
Santiago del Moro habló con Tato delante de toda la casa y le mostró el banquete disponible en el SUM. "Podés elegir entre disfrutar ahí o tenés la posibilidad de subir a dos más a placa. Solo podés elegir uno", indicó el conductor.
El uruguayo optó rápidamente por la fulminante. "Voy a elegir lo de la placa y quiero pensar a quién", comunicó Tato para tristeza de sus compañeros de la casa de Gran Hermano.
Tato tuvo dudas sobre si los que él podía subir podían ser bajados luego por el líder de la semana, Juan Pablo de Vigili, y el conductor le confirmó que sí.
Santiago anunció que subía a placa a Sofía "Sopa" Buscio, que le pidió los motivos de su decisión. "Juan Pablo está en son de paz y no quiere conflictos. Esto es Gran Hermano y creo que hay que mostrar otra cosa. Ella es cercana y quiero ver si se inclina por afinidad o juego", comentó el jugador que atendió el teléfono.
En segundo lugar, el uruguayo mandó a placa a Chiara Mancuso. Ella comentó que lo esperaba y Tato dijo que era por el mismo motivo que explicó. A Juan Pablo no le gustó nada el accionar de Santiago, lo criticó por "creer que tiene el manual del juego" y sintió que le estaba "faltando el respeto" con sus declaraciones, para así trenzarse en una extensa discusión sobre "valores" y "juego".