Luz, cámara, acción "Algo viejo, algo nuevo, algo prestado" llega a las salas luego de haber pasado por Cannes y otros festivales internacionales.
"Algo viejo, algo nuevo, algo prestado", la nueva película de Hernán Rosselli, fue filmada en Temperley, Lomas de Zamora, y otras locaciones para contar una historia que transcurre en gran parte en el Conurbano.
La película llega a las salas luego de su estreno mundial en la Quincena de Realizadores de Cannes, haber ganado el premio a la Mejor Película en FICUNAM, dos premios en el Festival Internacional Gijón y haber participado en la programación de Contracampo, un encuentro paralelo al Festival de Mar del Plata.
Actúan Maribel Felpeto, Juliana Simões Risso, Alejandra Cánepa, Leandro Menendez, Javier Abril Rotger, Marcelo Barbosa, Hugo Felpeto y el Chino Suárez, entre otros actores de la región.
En la película, los Felpeto administran desde hace algunas décadas un negocio de apuestas de quiniela. La empresa familiar funciona en una pequeña vecindad de casas blancas en el sur del conurbano bonaerense. Maribel es la encargada de coordinar un grupo de operadores que computan las apuestas en el living de su casa.
Alejandra, su madre, vive en una casa idéntica a unos metros de distancia, donde funciona la administración. Algunos capitalistas del juego fueron allanados en los últimos días y el clima en el barrio está enrarecido. Se habla de purgas en la policía y grandes movimientos de dinero. Nadie sabe cuánto hay de verdad en los rumores y las noticias en la tele.
"La historia trascurre el sur en sur del conurbano. La comenzó a gestarse a partir del material fílmico familiar que Maribel Felpeto le dio al director. Hernán escribió una ficción a partir de ese material, pero los Felpetto no tienen que ver con lo se cuenta en la película", señala la lomense Juliana Simões Risso, una de integrantes del elenco, a La Unión.
La actriz explica que Rosselli "escribió una ficción sobre el pasado de esta familia y los videos que tenían filmados pasaron a ser parte de la ficción".
"La película tiene influencias de Tarantino y de Scorsese, que le gustan mucho al director, que es un gran cinéfilo. En la película hay unos gánsters del Cornurbano", señala la actriz.
Juliana ya había sido una de las protagonistas de "Mauro", la ópera primera del director, y ahora coinciden en este nuevo proyecto, donde hay puntos en común.
"'Mauro' trataba de unos falsificadores de dinero. En esta nueva película aparece eso de nuevo, ese mundo, los billetes, la plata en efectivo", acota.
"Algo viejo, algo nuevo, algo prestado" viene de exhibirse en Contracampo, un encuentro alternativo al Festival de Cine de Mar del Plata. "El Festival de Mar del Plata estuvo muy acotado por los recortes que se produjeron. Se armó el Contracampo donde se exhibieron muchas películas de varias provincias, movimos mucho el avispero", agrega la actriz.
EL DIRECTOR
Hernán Rosselli nació en 1979. Estudió en el CIEVYC donde se especializó en guión y realización, y en 2002 ingresó a la ENERC, donde se formó en montaje. Además estudió Filosofía y música.
En 2014 estrenó "Mauro" en la Competencia Internacional del BAFICI, donde obtuvo el Premio Fipresci y el Premio Especial del Jurado. Además, la película participó en el Festival Internazionale di Roma, Viennale, Festival des Tres continentes de Nantes y Rotterdam International Film Festival, entre otros.
Su cortometraje "Un Cuento de Navidad" (2016) formó parte de la programación de BAFICI, FICIC y Viennale. Su documental "Casa del Teatro" (2018) se proyectó en BAFICI y en la Semana del Cine Argentino en Lisboa.
LAS PALABRAS DEL DIRECTOR
El Barrio Hospital Español está en un vértice formado por las localidades de Temperley, Turdera y Llavallol. Esta zona fronteriza era territorio de El Chino Sabella, un respetado banquero, como se conoce en jerga al capitalista de juego clandestino. La casa de mi infancia -un típico chalet de clase media con ladrillo a la vista y tejas californianas- quedaba junto a la casa de Fabián, hermano de El Chino. Fabián tenía problemas con el alcohol, era peleador y se decía que una vinchuca le había agujereado el corazón y herido de muerte. Su casa funcionaba como depósito y taller de la flota de autos y motos que usaban los correos de la organización, los encargados de recoger el dinero de las apuestas. Tenía tres hijos. Darío, Javier y Jorge. Mi papá me tenía prohibido salir a jugar con los hijos de Fabián. Pero cuando mis padres se separaron se convirtieron en mis mejores amigos. Pasábamos horas escuchando música dentro de los autos de la organización. Imaginábamos largos viajes por la ruta con destino incierto. A veces vendíamos números para rifas inventadas o pedíamos mercadería en el almacén del barrio. Pedir gratis era un derecho adquirido por simple portación de apellido.
Para sumar un ingreso a la magra cuota alimentaria, mi mamá comenzó a trabajar computando apuestas en el callcenter que funcionaba en la casa que El Chino compartía con su esposa y sus hijos. Todo sucedía dentro de un entorno familiar y de absoluta confianza. Trabajaban a partir de las diez de la noche, cuando se sorteaba el último premio. Mi mamá cargaba los datos y el software se encargaba de buscar coincidencias y calcular los premios. Un patrullero pasaba por la puerta a cada hora y hacía sonar las sirenas como si dijera: todo está en orden. Cada tanto -generalmente cuando había nuevos nombramientos en la policía bonaerense- se hacían allanamientos y se llevaban a algunos detenidos. Al menos hasta que los banqueros de la zona se ponían de acuerdo y arreglaban su "postura", que es el canon que tributan a la comisaría del distrito por cada persona levantando apuestas en la calle.
En más de un sentido, la quiniela, con su origen napolitano, su organización familiar y su metafísica de los sueños parece la representación abstracta de las aspiraciones y límites de gran parte de la clase trabajadora del conurbano bonaerense. La certeza, como aseguraba un célebre sindicalista argentino y bien saben los hijos de buena familia, de que la fortuna no se amasa trabajando".
SALAS Y FUNCIONES CONFIRMADAS
Malba Cine CABA: Sábados de diciembre, a las 20
Cine Universidad Mendoza : viernes a las 21, domingo a las 20.45.
El Cairo, Rosario: jueves a las 18, sábado a las 20.30, domingo a las 22.30.
América de Santa Fe: viernes a las 19.45, sábado a las 19.30.
Espacio INCAA Casa de la Cultura, Madariaga: jueves, viernes, domingo y miércoles 10 a las 21.
Espacio INCAA Cine Avenida, Bolívar: jueves a las 22.
Espacio INCAA Cine Teatro Rivadavia, Unquillo: jueves, sábado, domingo y miércoles 10 a las 21.