UN EJEMPLO Desde muy pequeña, Rosa Dora Torrisi se estableció en Lomas y conformó aquí su familia. Recordó su trabajo como bordadora, su gran pasión.
Una vida para honrar. La lomense Rosa Dora Torrisi cumple hoy sus primeros 100 años y no será un festejo más: será celebrado con mucho amor y rodeada de todos sus seres queridos. En una charla con el Diario La Unión, Rosa habló de su querida Lomas, rememoró parte de su vida y dejó en claro que es una mujer muy familiar, que le gusta estar cerca de los suyos.
Rosa nació en Villa Devoto y se crió en una familia de raíce italianas, ya que su papá era oriundo de Sicilia, región situada al sur del país europeo. Pero lo cierto es que Rosa vivió muy poco tiempo en aquella localidad de Capital Federal: su padre vendió la casa para mudarse a zona Sur, más precisamente a Lomas.
"Nos mudamos a una casa en Lamadrid, entre Viamonte y Pueyrredón, cerca del bajo nivel. Era un hogar sencillo, con grandes arboladas en sus calles", rememoró Rosa sobre su llegada a Lomas. Inmediatamente, explicó que luego se trasladó junto a su familia a Vetere al 700 y, tras un paso por Neuquén luego de casarse, volvió al distrito para instalarse definitivamente en Las Heras.
Nos mudamos a una casa en Lamadrid, entre Viamonte y Pueyrredón, cerca del bajo nivel. Era un hogar sencillo, con grandes arboladas en sus calles.
Al ser consultada sobre su adolescencia en Lomas, ella admitió que, de vez en cuando, solía ir a bailes organizados por sociedades de fomento, su padre era un hombre que le gustaba integrar los clubes. "Me gustaba mucho bailar el paso el doble y el vals", aseguró. Ya de grande, el bordado fue una de sus grandes pasiones, una fiel actividad que la acompañó con el paso del tiempo.
Con su hijo, quien vive en Tres Arroyos, puede comunicarse a menudo gracias al uso de la tecnología. "Hacemos videollamada. Los teléfonos ayudan a estar más cerca", soltó.
Y agregó: "Soy la primera de la familia que llega a los 100 años y eso es un regalo de la vida. Mi hermana más chica está por cumplir 94 y me sigue los pasos", dijo Rosa, con un tono picaresco, pero consciente de que cada día es un regalo.
Soy la primera de la familia que llega a los 100 años y eso es un regalo de la vida. Mi hermana más chica está por cumplir 94 y me sigue los pasos.
El festejo por sus 100 años será llevado a cabo en un salón y con la presencia de toda su familia y sus seres queridos, pero sin olvidarse de dos de sus hermanos que ya no están en el mundo terrenal y a quienes los atesora en el corazón.