Desde el arco Uno de los jugadores más experimentados del plantel Milrayitas absorbe la presión de mantenerse arriba en el tramo final del Torneo Apertura.
Con el gol de Axel Páez, Los Andes bajó a Colegiales de la punta, por unas horas se trepó a lo más alto de la tabla, pero el triunfo de Argentino de Quilmes lo relegó al segundo puesto, aunque el equipo dirigido por Fernando Ruiz mantiene firmes pretensiones de quedarse con el Torneo Apertura de Primera B.
Otra de las figuras en el estadio Eduardo Gallardón fue el arquero Sebastián López, clave con sus atajadas con el marcador igualado y luego a favor del Milrayitas.
El "1" de Lomas dio su versión del partido frente al conjunto de Munro: "Nos encontramos con un rival que vino a plantar sus armas, donde sabíamos que iba a ser un partido totalmente cerrado. Hablamos en el entretiempo cuando terminamos 0-0 que iba a ser 1-0 a favor nuestro y fue así. El gol no llegaba, no tuvimos en el juego tan claro como la última vez que se jugó acá con Flandria".
La categoría es muy dura y cada partido representa un obstáculo a pasar. Y el nicoleño lo sabe. "Todos los partidos van a ser de esta índole. Ya se empieza a acortar el campeonato, ocho finales nos quedan, más los 45 que tenemos por delante (del postergado con Villa San Carlos) y obviamente que cada punto vale mucho. Cada partido tiene su dificultad, veníamos de un traspié y teníamos que poner la cara con nuestra gente para revertir esa situación en cuanto al resultado más que en cuanto a lo anímico. Nosotros estamos claros en el objetivo, claros en la confianza que tenemos con el cuerpo técnico y el club. Y eso nos hace fuertes".
Del golpe en el Docke había que recuperarse porque el tren pasa una sola vez. "Desde lo anímico golpeó el sábado la derrota, durante la semana tuvimos un buen ambiente de trabajo, sabiendo que teníamos que ganar, que era un rival difícil y había que bajar al puntero. También estamos acostumbrados porque hace ocho o nueve fechas que venimos ahí arriba. ¿Duele perder la punta?, sí duele, los resultados de los demás no importan, teníamos que dejar los tres puntos en casa y pensar en lo que viene. Es partido a partido, es así. Tenemos que ir contra UAI a ganar y traer los tres puntos", sostuvo con firmeza el guardameta.
Con 38 años, Seba López es uno de los jugadores del plantel más experimentados para manejar esa ansiedad que fluye sobre la recta final del torneo. Al respecto, afirmó que "presión hay siempre. Yo por ahí estoy en el final de mi carrera y no hay desafío más lindo que pelear por algo importante. Por ahí cuando terminó el año hubo situaciones para irme a otra categoría, pero estoy cerca de mi casa, cómodo y la realidad que un club que te obliga así, que está a la par tuya, no se encuentra en todos lados. Trabajé mucho para llegar a esta situación y esa presión no lo es porque es a lo que estamos acostumbrados y el fuego sagrado que tiene el jugador no hay nada más lindo que tener la presión de tener que salir a ganar, de tener que respaldar la punta, de tener que salir a jugar con la presión de tu gente, que vas a otras cancha y no jugás con el marco de público que jugás acá de local. Eso para nosotros ya se hizo costumbre, vamos contagiando a la gente y eso es muy lindo porque cuando el equipo quedaban los últimos minutos se empezó a escucha la gente de la Palacios, de la platea y eso también es un envión".
El grupo, durante lo que se lleva jugado de la temporada, dio muestras de carácter sobreponiéndose a los casos de dengue que afectaron a varios jugadores y lesiones de consideración. Por eso, en varios partidos, el aporte de los juveniles fue esencial.
"Como lo decía Fernando (Ruiz) en la charla, acá no se trata de juveniles o jugadores grandes, si están para jugar los que tienen la confianza plena. Y otras cosas que nos decía en estos meses que estamos trabajando que él tiene un plantel competitivo. Los que están es porque él los dirige y porque tienen la capacidad de que en el momento que los necesite van a responder. Hay veces que sale, veces que no, pero la verdad que me tengo que sacar el sombrero porque son pibes que días tras días se rompen el alma para estar donde están. Les toca entrar en una situación compleja, han respondido y se lo tienen merecido y bien ganado", concluyó.