LESA HUMANIDAD Una de las querellas solicitó que los 12 acusados cumplan sus condenas en una unidad del servicio penitenciario y que dejen de tener arresto domiciliario.
Pidieron revocar la prisión domiciliaria para los imputados en el Juicio Brigadas, proceso que juzga los delitos de Lesa Humanidad cometidos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes, el Infierno de Lanús y la Brigada de San Justo.
La solicitud fue realizada por los abogados Pablo Llonto y Guadalupe Godoy, como representantes de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, la Unión por los Derechos Humanos La Plata y nueve particulares damnificados en este juicio. Los letrados reclamaron prisión perpetua para los 12 acusados, pidieron la reparación por parte del Estado hacia las víctimas e hicieron hincapié en el cumplimiento efectivo de las condenas.
"Solicitamos que al momento de la sentencia condenatoria se revoque la domiciliaria de todos los imputados", exigió el Dr. Llonto, al tiempo que pidió el cumplimiento de las penas "en una cárcel común del servicio penitenciario federal, que es la reparación más básica" para las víctimas.
De los 12 imputados, sólo Jorge Di Pasquale está preso en una cárcel. Los otros 11 participan del juicio por Zoom desde sus casas, aún aquellos que ya tienen condenas a perpetua. "Si uno mira la pantalla, ve a los imputados, y ha visto cómo la mayoría se va, oculta su rostro, apaga la pantalla, no presta atención, se duerme Esa es la burla al sistema judicial y a la ley", insistió el abogado.
A su vez, Llonto explicó que los acusados no están en una situación terminal de salud y que "todas las unidades del servicio penitenciario federal tienen capacidad suficiente para tratar todas las afecciones", tal como sucede con un grupo grande de procesados y condenados en la actualidad. En sintonía, mencionó un reciente fallo de la Corte Suprema de la Nación en la Causa Alfonso, donde el tribunal consideró que el "requisito etario es insuficiente" para conceder un arresto domiciliario.
Finalmente, reprochó que los negacionistas "transformaron a los perpetradores de graves crímenes en abuelitos, se los mira como abuelitos y se marginan los crímenes".
"Esta estigmatización de la edad mayor ha calado en algunos jueces que sólo ven la edad y algún problema de salud. Los problemas de salud los tenemos todos. Sin embargo, vemos que pese a la severidad de las penas la mirada está puesta en otra cosa", explicó.