GATILLO FÁCIL Las partes buscan acordar las pruebas que serán incorporadas a la causa. La defensa insiste en una solicitud que podría demorar el cierre de la etapa de instrucción.
Avanza la investigación previa al juicio contra el policía acusado de balear en la cara a Ignacio Seijas, el joven que perdió la visión de un ojo como consecuencia de la grave herida que sufrió durante un allanamiento erróneo en su casa de Villa Centenario, en 2020.
Este jueves se llevó a cabo una audiencia entre las partes a través de zoom, con el fin de acordar las pruebas que serán incorporadas al proceso judicial que todavía no tiene fecha, pero que ya cuenta con jueces designados: será el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Lomas de Zamora el encargado de juzgar a Daniel Antonio David.
Durante el encuentro, la defensa del oficial del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de Lomas implicado imputado por el caso de gatillo fácil, insistieron en que faltaría la declaración de la víctima para dar por concluida la etapa de instrucción de la causa. Sin embargo, el damnificado no estaría en condiciones de dar su testimonio.
"Exigen que Nacho declare, pero en las condiciones en las que dejaron a mi hijo, no puede declarar porque le hizo mal y todo lo que eso arrastró, con internaciones de por medio", expresó Marina Candia, la madre del joven, en diálogo con La Unión.
"Ahora ellos (la defensa) lo que me piden son pruebas de que Nacho está tratando", señaló la mujer. "Nacho hoy está tratando de rehacer su vida como un chico normal, y no quiere saber nada con psicólogos ni con médicos", agregó.
No obstante, Candia afirmó que "hay pruebas de que Nacho estuvo internado, de que perdió un ojo, los médicos que lo atendieron, y un montón más para que ellos (la defensa) sepan como quedó y el estado en el que estuvo".
Mientras tanto, el imputado se encuentra libre, a la espera de conocer la fecha del juicio en el que será llevado al banquillo de los acusados.
El caso Ignacio Seijas
El grave caso de gatillo fácil que se le atribuye como autor, ocurrió el 20 de junio de 2020, en Rawson al 1800, en Lomas, cuando efectivos policiales, por error, entraron a la vivienda de la víctima.
Esa mañana un grupo de 10 agentes del GAD irrumpió en la casa, por una orden de allanamiento, pero para otro departamento, en el que buscaban electrodomésticos que habían sido robados de una escuela del barrio.
El joven de tan solo 17 años fue tirado al piso y pateado sin entender lo que sucedía: "Chorro de mierda", "Negro hijo de puta", fueron algunas de las agresiones que los agentes de la Bonaerense repitieron en el operativo, según la familia.
Desde entonces, comenzó un largo proceso de recuperación por las heridas, aunque su vida nunca volvió a ser la misma, debido a que perdió un ojo, y su estado de salud tuvo varias recaídas, con algunos intentos de suicidio incluidos.