CRIMEN DE LECHUGA El comisario detenido habló de su relación con Pérez Algaba y mencionó a la hija del "Pájaro" Caniggia y Mariana Nannis. No descartan que sea citada a declarar.
El comisario detenido por el crimen de Fernando Pérez Algaba, el empresario asesinado, cuyo cuerpo fue encontrado descuartizado en Ingeniero Budge, declaró ante el fiscal Marcelo Domínguez, y vinculó a la víctima con Charlotte Caniggia.
Se trata de Mariano Horacio Córdoba (48), oficial de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, quien fue indagado en el marco de la investigación por el asesinato de "Lechuga", y mencionó a la hija de Claudio "el Pájaro" Caniggia y Mariana Nannis.
Según informaron fuentes oficiales, en su declaración, el policía indicó que con Pérez Algaba, eran amigos desde hace casi dos años, cuando quiso iniciar una inversión en criptomonedas en el que inicialmente debía poner tres mil dólares "por el que no hicieron ningún tipo de recibo".
"Fernando nunca cumplió con lo pactado, nunca me pagó los intereses que habíamos acordado", explicó el Córdoba, al mismo tiempo que añadió que también seguía prometiéndole intereses mayores a los que habían hablado.
En otro tramo de su testimonio, el comisario porteño reveló que en una de las reuniones que tuvo con el empresario asesinado conoció una oficina "muy ostentosa" en la que había muchas computadoras y chicos haciendo trading. Esta estaba ubicada en Puerto Madero.
Córdoba destacó que allí Algaba le dijo que el espacio se lo había prestado supuestamente Charlotte Caniggia y su novio, Roberto Storino Landi.
Córdoba quedó detenido al ser acusado de ayudar y facilitarle tareas a Maximiliano Pilepich, uno de los principales sospechosos del asesinato.
Pilepich, que tenía un emprendimiento inmobiliario junto a la víctima, usó un teléfono celular desde el 18 al 25 de julio que pertenece a una partida adjudicada a la cartera de seguridad porteña.
Para el titular de la UFI 5 de Lomas de Zamora, Córdoba se lo habría dado y esto lo relacionaría con el caso. Además, en el expediente se indica que el hombre conocía al empresario asesinado y, como a muchas otras personas, este también le debía dinero.