LLEGA EL JUICIO Familiares de Fernando Marino organizaron una movilización en Avellaneda para pedir justicia por el joven asesinado en Adrogué. El juicio comienza el 22 de agosto.
Familiares y amigos de Fernando Marino convocaron a una movilización en Avellaneda para pedir justicia por el crimen del joven repartidor de Mercado Libre, que fue asesinado por una pareja de motochorros durante un intento de robo en Adrogué, ocurrido el 27 de julio de 2020.
En diálogo con La Unión, Mirta Cortes, madre de la víctima, pidió "la pena máxima" para los acusados, dos jóvenes de Llavallol que serán juzgados por el asesinato y que, en caso de ser considerados culpables, podrían ser condenados a la pena de prisión perpetua.
La primera concentración está prevista a partir de las 17 de este viernes en Mitre al 1400, desde donde partirán hasta la Plaza Alsina, donde se reunirán para desplegar pancartas con la consigna de justicia y para visibilizar el caso.
"Es un pedido de justicia y máxima pena para los que cometieron un asesinato tan brutal, porque mi hijo estaba trabajando y lo asesinaron", señaló Cortes, quien agregó: "Queremos y suplicamos el máximo de pena para los dos".
Los imputados, identificados como Mauro Sebastián García y Johanna Anabella Quevedo, serán llevados a juicio, cuyas jornadas fueron fijadas para el 22, 24, 28 y 30 de agosto.
Serán los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 los encargados de juzgar a los detenidos, que cumplen prisión preventiva por el delito de "homicidio calificado criminis causa, robo calificado por el empleo de arma de fuego y tenencia ilegal de arma de guerra".
La víctima, que era oriunda de Avellaneda, había sido abordada por ladrones armados, mientras hacía tareas de reparto y conducía una camioneta Renault Kangoo, que manejaba a baja velocidad, debido a que buscaba un domicilio donde tenía que dejar un producto.
De acuerdo a la reconstrucción del hecho, todo ocurrió en Italia, entre Rosales y General Paz, en Adrogué, donde los asesinos se le pusieron a la par, lo amenazaron y lo baleron a corta distancia.
Los sospechosos fueron detenidos dos días después de ese hecho, durante una serie de allanamientos realizados a raíz de una pista que haría sido clave para dar con su paradero.
En el operativo realizado en las localidades de Llavallol y Malvinas Argentinas, además de las capturas, secuestraron una pistola Browning calibre 9 milímetros cargada y con la numeración suprimida y dos motos azules, una Honda 300 y otra Brava Altino 150, mientras que la moto utilizada en el hecho había sido hallada quemada.
El chaleco incautado era similar al que portaba uno de los dos motochorros homicidas. Por otra parte, el vehículo incautado tenía pedido de captura desde diciembre de 2019.