fin del maleficio Matías Córdoba convirtió en el empate del sábado en Lomas y celebró su primer gol en el Milrayitas, pero para él significó algo mucho más importante.
A los 43 minutos del primer tiempo del empate 2-2 ante Deportivo Merlo, Matías Córdoba conectó de cabeza un preciso centro de Brandon Barbas para adelantar a Los Andes en el marcador y cuando la pelota tocó la red sus ojos se llenaron de lágrimas y no ocultó su emoción. Fue el premio a su perseverancia.
En ese instante rompía un maleficio que día a día le pesaba cada vez más. Si bien fue su primer gol con la camiseta del Milrayitas, para él significó mucho más: volvía a gritar un gol después de casi cuatro años, en los que superó varias graves lesiones, como dos roturas de ligamentos, que le impidieron afianzarse en su carrera.
El tanto que le permitió al equipo de la dupla técnica compuesta por Alejandro Migliardi y Joaquín Iturrería ponerse 2-1 frente al Charro fue un desahogo para el oriundo de San Salvador de Jujuy, que también tuvo cerca de convertir en el complemento y redondeó su mejor partido en el elenco de Lomas de Zamora.
Córdoba, que debutó como profesional en 2018 con la camiseta de Gimnasia de Jujuy y rápidamente se destacó por sus cualidades, a tal punto que dos años más tarde pasó a Talleres de Córdoba para jugar en la Liga Profesional. En ese tiempo había anotado siete goles y su futuro parecía estar en la máxima categoría. Sin embargo, las lesiones le impidieron afianzarse y volvió a la Primera Nacional, primero en Deportivo Morón y después en Quilmes, clubes en los que jugó poco y no pudo convertir.
Por eso, para hablar de lo que hasta el sábado había sido su último gol en primera había que remontarse al 31 de agosto del 2019. Ese día, en el estadio Lorenzo Arandilla de Adrogué, muy cerca de Lomas, había anotado el gol del triunfo del Lobo ante Brown de Adrogué, en una jugada a la que apeló a su velocidad para aprovechar un resbalón de Ariel Kippes y meterse al área y definir cruzado para el 1-0.
De ese día de 2019 pasaron casi cuatro años, 47 meses y para ser más exactos 1420 días para que Córdoba rompa su mala racha y celebre nuevamente un gol. Y su festejo, con los ojos vidriosos, así lo demuestra. Así rompió el maleficio, jugó su mejor partido en Los Andes y se ilusiona con seguir convirtiendo en esta temporada de la Primera B.