Compromiso Carlos Pratolongo es profesor de una escuela técnica de Llavallol hace 53 años y dice que va a seguir brindando clases hasta que pueda porque "le hace bien".
Las ganas de estar activo a través del trabajo es lo que demuestra todo el tiempo el profesor Carlos Pedro Pratolongo que con 88 años continúa brindando clases en la Escuela de Educación Secundaria Técnica N°4 de Llavallol (Ex ENET N°1).
Hace 53 años que trabaja en esa misma escuela por donde pasaron varias generaciones de alumnos que hoy son profesionales, pero él sigue con esas ganas de ir a encontrarse con sus alumnos intactas porque aseguró que disfruta de "estar en contacto con la juventud".
"Hasta mi propio hijo fue alumno mío y hace poco exestudiantes me invitaron a participar de un evento donde se reencontraron todos. Además, los directivos actuales de la técnica donde trabajo también fueron mis alumnos, los conozco a todos y obviamente soy el más grande del establecimiento educativo", detalló el profesor de la materia de diseños y procedimientos mecánicos.
Pero lo que más resalta el docente es que trabajar casi llegando a sus 90 años lo ayudó a ser resiliente: "Mi esposa falleció hace tres años y el trabajo fue mi refugio para seguir adelante, tener resiliencia fue y es la clave fundamental para que yo siga sintiendo estas ganas de ir a dar clases".
Desde la escuela consideran que el caso del profesor Pratolongo en único: "Entendemos que es muy importante para la educación y que realmente como institución nos enorgullece que además haya ejercido siempre en nuestra escuela de Llavallol".
Mi esposa falleció hace tres años y el trabajo fue mi refugio para seguir adelante, tener resiliencia fue y es la clave fundamental para que yo siga sintiendo estas ganas de ir a dar clases.
Carlos se jubiló por su trabajo en fábricas como Siam y la Firestone de Llavallol, pero su vocación por la docencia siempre estuvo presente aunque apareció de sorpresa en su vida: "Nunca me imaginé que iba a ejercer como profesor porque todo surgió a partir de mi contacto con un ingeniero aeronáutico que me pidió que lo reemplace porque tenía que enseñar lo mismo que yo hacía en el trabajo".
Así fue que arrancó y actualmente gracias a sus años de experiencia contó como hace para llevar una clase con alumnos adolescentes adelante: "Lo principal es respetar a los alumnos y que ellos me respeten a mí. A ninguno de ellos los tuteo y en la primera clase informo todo lo que van a ver en el año. Otra cosa que no permito es que me hablen del trabajo que hacen mis colegas".
Toda la escuela valora al profesor con más antigüedad y él contó que nunca tuvo un problema en su ámbito laboral. "Consideramos que es un hecho único en este tiempo, no solo a nivel provincial sino nacional. Que merece toda nuestra atención como sociedad y que refleja las motivaciones necesarias para llevar adelante esta vocación", afirmó Daniel Adrián Velázquez, vicedirector de la EEST N°4 de Llavallol.
Para llegar a la edad de Carlos con su energía contó que no tiene secretos, que es muy ordenado, prolijo: "Me afeito todos los días, hago cuatro comidas cumpliendo los horarios de desayuno, almuerzo, merienda y cena. Como sano y me realizo chequeos médicos y todavía manejo".
El profesor vive en Adrogué, tiene tres hijos y cuatro nietos que están presentes siempre y cuenta con muchos amigos. Asiste a su trabajo en la escuela tres veces a la semana para disfrutar del contacto con sus alumnos y sus colegas, según afirmó.
Seguir por ese camino es lo que más desea Carlos. Su trabajo y su familia son los motores fundamentales que necesita para seguir adelante y lo va a hacer seguramente por muchos años más.